EL MINISTERIO DEL TIEMPO 2X02 EL TIEMPO EN SUS MANOS

(contiene spoilers)

Buen episodio de "El Ministerio del Tiempo" esta semana, bastante original, si descontamos las paradojas espacio-temporales (a las que todavía no he conseguido encontrar demasiada explicación) que han hecho que casi me explotara la cabeza.

Buena introducción del personaje de Pacino y Hugo Silva ha estado mucho mejor de lo que me esperaba (y yo soy de las que ya pensaba antes del episodio que Hugo Silvia es bastante mejor actor que Rodolfo Sancho).

En otro orden de cosas Alonso sigue siendo lo más grande, Alonso y Amelia juntos son la monez, Salvador y Ernesto (y Jaime Blanch y  Juan Gea) son geniales e Irene sigue liándola parda (nueva traición is coming).

El episodio empieza en Madrid en 1981, en un descampado lleno de yonquis, música de fondo propia de la época y con Hugo Silva (cuyo personaje se llama Pacino y aunque todavía no lo sabemos le voy a llamar así a partir de aquí) sentado en un coche con otro hombre. Enseguida nos enteramos de que son policías (y que Pacino es el veterano de los dos) y que están esperando a unos yonquis/camellos/informadores.

Cuando los informadores aparecen y tras la consiguiente y típica persecución en la que los "malos" son apresados por los policías, la emisora del coche informa de una llamada procedente de la calle Antonio Grillo. Una mujer ha llamado a la policía porque parece que están agrediendo a una vecina de uno de los apartamentos de su bloque.

Esto hace reaccionar a Pacino, que le dice a la mujer de la emisora que van para allá dejando a los pobres yonquis esposados mientras le dice a su compañero que se meta rápidamente en el coche.

Al llegar al lugar, Pacino se baja del coche, diciéndole a su compañero que se quede ahí y que pida refuerzos, mientras él va subiendo.

Una vez en el piso del que procedían los gritos según la mujer que llamó a la policía, Pacino ve a una mujer (y a su hijo pequeño) muy asustados. Pero Pacino baja la guardia y alguien le golpea en la cabeza por detrás, dejándole seminconsciente en el suelo.

Había alguien más en la habitación, un hombre que le quita su arma, dispara con ella a la mujer y al escuchar las sirenas de la policía que indican que los refuerzos han llegado, se mete en un armario.

Pacino consigue levantarse e ir a mirar en el armario. Pero al abrir la puerta, descubre que está vacío. Sin embargo, cuando se mete dentro a mirar más detalladamente, encuentra una especie de puerta, la abre y la atraviesa con el objetivo de seguir al asesino. Pero, el lugar en el que aparece es bastante raro y del asesino no queda ni rastro. Se trata de un bar, donde la gente viste y habla de forma distinta y en el que además hay policías.

Al ver a aparecer a Pacino no se sabe muy bien de donde, los policías reaccionan deteniéndole. Pacino intenta decirles que es compañero, pero los policías creen que Pacino ha comprado la placa en el rastro. Es entonces cuando Pacino ve en la televisión una noticia que dice que se cumple el primer aniversario de la coronación de Felipe VI y se queda con cara de.. ¿pero qué narices..?

Aquí pasamos a los títulos de crédito en los que ya han sustituido el nombre de Rodolfo Sancho por el de Hugo Silva. Esto es eficiencia y lo demás son tonterías.

El ministerio recibe el soplo de su contacto en el ministerio del interior de la aparición de Jesús Méndez, alias Pacino, un policía, acusado de varios asesinatos y cuya pista se había perdido 34 años antes. Esto podría resultar más o menos normal hasta que comparan una foto de Méndez antes de desaparecer y la que le han sacado en comisaría al ficharlo y son exactamente iguales. Vamos que o ha viajado en el tiempo o Pacino ha tenido acceso a la pócima de la eterna juventud porque sino, no hay otra explicación.

Total, que Salvador decide que lo mejor es que les lleven a Méndez para que le puedan interrogar y mientras se lo traen manda llamar a Alonso y Amelia para que también estén presentes (Ernesto e Irene, que por cierto no se hablan, ya estaban en su despacho).

Una vez en el ministerio, hay que reconocer que Pacino se toma todo el asunto de los viajes en el tiempo mucho mejor que Julián y compañía la primera vez que se enteraron de qué iba el tema, ya que si están en 2016, Pacino enseguida asume que ha viajado en el tiempo (y no le explota la cabeza ni entra en pánico en el proceso). Y lo mejor es que para él lo más importante no es eso sino detener al asesino (y más cuando se entera de que treinta años atrás le cargaron a él los asesinatos).

Pacino afirma que es inocente y que la última víctima fue asesinada con su pistola porque el asesino se la robó cuando le dejó inconsciente al ir a detenerle. Esto se confirmará cuando al revisar las cámaras de seguridad próximas al bar donde apareció Pacino, más o menos a la hora que él llegó 2016, ven salir antes a un hombre, que tira algo en una papelera (resultando ser este algo el arma del crímen).

Por cierto, durante toda esta parte, el pobre Pacino ha intentado explicar el origen de su apodo varias veces sin que Alonso y Amelia se enteren de nada y sin que Salvador y el resto ayuden demasiado. De hecho, he visto a Pacino más afectado porque Alonso y Amelia no supieran quién es Al Pacino que por haber viajado en el tiempo. A ver, que cada uno tiene sus prioridades y hay que respetarlas.

Pacino también le cuenta a Salvador que este no ha sido el primer asesinato que ha cometido el sospechoso sino que él tiene constancia de por lo menos otro (aunque es posible que haya más), ya que el policía asignado al caso era su padre.

De hecho, Pacino siguió al asesino a través del armario porque su padre le vio escapar de la misma forma. Sin embargo, no lo puso en el informe oficial y tardó años en contarlo aunque, visto el resultado, mejor que no lo hubiera hecho porque todo el mundo le tomó por loco, le jubilaron del cuerpo y terminó suicidándose cuatro años más tarde. Pacino se lamenta de que, muy a su pesar, él tampoco creyó la historia del armario.

La muerte de su padre afectó tanto a su madre que murió poco después, dejando a Pacino solo, con un tatuaje en la muñeca con la fecha en la que su padre se suicidó y jurando que si el asesino volvía a atacar, él le pillaría.

Como ahora el ministerio tiene la fotografía del supuesto asesino, la investigación avanza  rápidamente y se descubre que tanto el edificio donde se produjeron las muertes como el bar donde apareció Pacino pertenecen a la misma inmobiliaria cuyo dueño es un hombre llamado Francisco Morán, cuya imagen coincide con la del asesino.

Salvador manda a Irene, vestida como policía para hablar con Morán y ponerle nervioso. Previamente, Alonso y Amelia habían viajado a 1981 para llevarse el armario que utilizaba Morán para sus cambios de época y dejarlo en el ministerio. De esta manera, cuando Morán sospecha que le están investigando y utiliza el armario para desaparecer, da con sus huesos en el ministerio donde es detenido.

Salvador y Ernesto interrogan a Morán (que da muy mal rollo y tiene bastante aire a Anthony Perkins en "Psicosis") pero no le sacan prácticamente nada (aunque a Morán la idea de terminar sus días en una presión medieval en Huesca no parece hacerle mucha ilusión) por lo que Salvador le pedirá a Pacino que sea el quien le interrogue.

Después de una merecida paliza cortesía de Pacino, Morán le dice que identificará a todas las mujeres que ha matado si van a 1886 y matan a su padre.

A todas estas, mientras transcurre el interrogatorio, los agentes del ministerio van encontrando más cadáveres en el sótano del edificio del que era propietaria la inmobiliaria de Morán (de momento llevan 10 aunque Morán afirma que mató a 20 mujeres). Todas las víctimas son o madres solteras o mujeres separadas con hijos a su cargo. Tras cometer cada asesinato, Morán donaba una cantidad a un orfanato. Además, Morán amasó su fortuna a base de hacer quinielas ganadoras con los resultados que sabía que iban a salir .

Pacino, al que Salvador ya le ha contado el funcionamiento del misterio (vamos que le ha hecho el mismo tour que a Julián aunque Pacino, en plan voz de la audiencia, ha hecho unas cuantas preguntas que bastantes fans de la serie se han hecho desde que empezó a emitirse la serie), va a entrar a formar parte de la patrulla en sustitución de Julián.  Es el funcionario perfecto, soltero, sin hijos y sin nadie que le eche de menos.

De todas formas, a pesar de la charla de Salvador, Pacino se queda un tanto perplejo ante el hecho de que el ministerio no planee hacer nada para evitar que Morán mate a sus víctimas. Eso si, parece aceptarlo sin problemas. Según él, ser policía durante la dictadura te hacía aprender a acatar órdenes aunque no te gustasen.

Entonces Salvador les asigna su próxima misión. Tienen que viajar a 1997 para convencer a Pau Gasol de que deje la carrera de medicina por el baloncesto. Cuando escuchan ésto, a la patrulla le choca bastante pasar del caso de un asesino en serie a esto (es un bajonazo, las cosas como son, por muy grande en todos los sentidos que sea Pau Gasol) pero entonces Salvador se viene arriba hablando de Gasol. Para él es una figura importantísima de la historia de España y tiene que seguir siéndolo (en serio, está a punto de explotarle la vena por dudar de la importancia de Gasol).

Pacino, al que le están preparando una vivienda se va a quedar a pasar la noche en el ministerio y se despide de Alonso y Amelia, aparentemente tranquilo. Sin embargo, la realidad es otra, ya que, poco después. le vemos meterse en el despacho de Salvador y arrancar una página de su librito de puertas.

Pacino va a viajar al pasado para evitar el asesinato de 1946 y así conseguir que su padre no caiga en desgracia.. O por lo menos es lo que piensa Salvador que va a hacer y por lo que manda a Alonso y a Amelia a 1946 para evitarlo.

Pero en realidad, Pacino ha decidido salvar a todas las víctimas y no sólo de la que investigó su padre en adelante, por lo que ha viajado a 1886 para evitar el asesinato de la madre de Morán a manos de su padre y su hijo como testigo. El arrancar la página de 1946 sólo ha sido una treta para evitar que le interrumpan.

Total, que Pacino evitará el asesinato de la madre de Morán y todos los demás asesinatos además de la caída en desgracia de su padre y todo ello sin, aparentemente, provocar un efecto mariposa, aunque no pongo yo la mano en el fuego porque esto haya sido así.

Morán desaparecerá cuando estaba a punto de matar a Amelia, al mismo tiempo que el tatuaje del brazo de Pacino, aunque éste sigue siendo agente del ministerio (algo que no he terminado de entender).

Al cambiar Pacino la historia, Morán en lugar de aparecer, cortesía del armario, en 1915 y ser adoptado en un orfanato por una familia acaudalada (de ahí su costumbre de donar dinero a orfanatos), murió a causa de la tuberculósis en 1915 y no pudo matar a nadie.

De todas formas, muy blanditos han sido en el ministerio con la insubordinación de Pacino, con el lío que puede haber provocado. A Julián por menos, le cayeron unas cuantas broncas bastante serias.

Por otro lado, Amelia le enseña a Alonso la foto de ella con Julián y la niña (que pegado después de romperla al final de la temporada anterior) y Alonso flipa mucho, mucho y lo primero que le pregunta es si se la ha enseñado a Julián y cuándo Amelia le dice que no, Alonso le responde que mejor, ya que así pueden descartar que Julián se haya marchado por el asunto de la foto.

Alonso promete ayudar a Amelia en todo lo que necesite y que siempre va a poder contar con él (Alonso es un amor, más majo él). Además en otro momento del episodio, Alonso le dice a Amelia que la admira, algo que por lo visto es mutuo, cuando Amelia le confiesa que ha empezado a poner en práctica alguno de los consejos que Alonso le ha dado. Esta escena termina con Amelia dándole un beso en la mejilla. Estos dos juntos son super monos. Creo que todavía no lo he dicho en esta crónica pero soy muy, muy, MUY fan de Alonso (hay algunas cosas que no está de más repetirlas siempre que se pueda).

En otro orden de cosas, Irene (y la audiencia que no ha escuchado el podcast de Julián de las "Puertas del tiempo") ha descubierto que Julián ha ido a la guerra de Cuba, gracias al historial de búsquedas en internet de su ordenador (desde luego Julián no es ningún hacker informático).

Sin embargo, en lugar de decírselo a Salvador (que más o menos tiene claro, por sus palabras en la carta, que Julián ha ido a ayudar a alguna guerra ,pero claro con la cantidad de guerras en las que participado España como para saber a cual), se lo cuenta a Susana Torres, con la que se encuentra en un coche al final del capítulo. Vamos, que habemus topo.

Según Irene, ha accedido a pasarle información a Torres porque ésta le ha prometido que va a cambiar el ministerio pero vamos, se ve venir desde lejos que esto es mentira.

Cuando Alonso y Ernesto se enteren de la nueva traición de Irene se va a liar parda. Si es que Irene maja, parece que no aprendes (que además el personaje de Mar Saura tiene una pinta de trepa y aprovechada que tira para atrás y se ve de lejos que se la va a jugar a Irene).

El episodio ha estado bien, aunque me ha gustado menos que el de la semana pasada (pero es que ese fue muy, muy épico) y me ha resultado bastante más díficil encontrarle explicación a determinadas cosas que en otras ocasiones (y yo siempre tengo en cuenta a la hora de ver esta serie que todo es fantasía y que es mejor disfrutarla sin pensar demasiado).

De todas formas, a pesar de haber sido un buen episodio, creo que ha sido uno de los más flojos de la serie hasta la fecha.

El final ha quedado demasiado cogido por los pelos porque no tiene sentido que Pacino siga siendo agente del ministerio después de haber cambiado la historia. Si el asesino no se convirtió en tal,  ni el padre de Pacino ni Pacino tendrían por qué ir a la calle donde se produjeron los asesinatos y donde estaba el armario que les permitía viajar en el tiempo, por lo que Pacino no habría sido acusado del crimen de 1981 ni habría acabado en 2016 persiguiendo al asesino. Vamos, que no tendría por qué haber entrado en contacto con el ministerio. Si el asesino y el tatuaje del brazo de Pacino desaparecen, éste también tendría que haberlo hecho.

Además, si a Julián le cayeron meses de terapia y estar apartado del servicio activo por intentar salvar a Maite (por no hablar de todo el asunto de Leyva), que a Pacino sólo echen una pequeña reprimenda por haber cambiado no sólo el destino de su padre sino el de un montón de gente (a pesar de que, como dice Alonso, en este caso esté justificado), resulta raro, raro. Vamos, que lo de mantener la historia y lo del tiempo es el que es se lo han saltado bastante a la torera en este episodio.

Por otro lado, el plantear el episodio como una película de género negro me ha parecido muy original y que Pacino viniera del Madrid de los ochenta (concretamente de Usera) también.

Muy fan de la mención de "Life en Mars" (ya puestos, podrían haber mencionado "La chica de ayer").

La presentación de Pacino, sus reacciones y la forma en la que ha engañado a todo el mundo para irse a matar al padre del asesino han estado muy logradas (lo de Pacino arrancando la página de 1946 para despistar al ministerio y que no fueran a perseguirle a la época a la que realmente quería ir, me ha gustado especialmente).

Hugo Silva ha estado muy, muy bien y ha encajado a las mil maravillas en la serie (reconozco que Pacino y su historia me han parecido bastante más interesantes que Julián). El duo Alonso-Pacino promete dar buenos momentos.

Por cierto, gran trabajo también de Andrés Gertrúdix como Francisco Morán. Realmente siniestro e inquietante, si señor.

Me han encantado todas las escenas entre Alonso y Amelia (que son la monez juntos) y entre ellos dos, la epicidad de Salvador y Ernesto en cada escena que aparecen y Pacino, ni me he acordado de Julián y sus dramas e intensidades de la vida.

Lo que no me ha gustado demasiado ha sido que vuelvan a repetir la trama de "Irene traicionando al ministerio". Espero que esto tenga truco y sea una especie de agente doble y en realidad todo sea un plan de Salvador para confundir a Torres.

En fin, veremos cómo van integrando a Pacino en próximos episodios y también si lo que hizo salvando a su padre y a todas las mujeres a las que el asesino mató tiene alguna consecuencia.

Por lo pronto, en el próximo episodio, visto el avance, viene cargadita la cosa: Cervantes, Lope, Gil Pérez, Walcott.. La cosa promete y mucho

MEJORES FRASES/MOMENTOS

• Pacino gritando, ¡¡Qué somos compañeros!! a los policías de 2016 y ellos pensando que se había comprado la placa de policía en el rastro (y basándose en las pintas de Pacino, no me extraña)
• Alonso llamando Chapino a Pacino con el consiguiente mosqueo de éste y la cara de no entender nada del pobre Alonso (tenemos nuevo duo cómico en la serie)
• Amelia enseñándole la foto de Julián, ella y la niña a Alonso y la reacción de éste (Alonso no puede ser más mono ni proponiéndoselo).
• Alonso diciéndole a Amelia que la admira. Alonso en modo evolución de personajes.
• Salvador comentando que tenían un tesorero que hacía demasiados viajes a Suiza
• Pacino super enfadado porque Alonso y Amelia no saben quién es Al Pacino y explicando mil millones de veces que le apodan Pacino por su parecido con Al Pacino en Sérpico.
• Salvador diciéndole a Pacino que a él le gustaba más Laurence Olivier pero que para gustos colores (Salvador en modo tocanarices hurgando en la herida)
• Qué pena que sea tan guapo pero tan asesino. Angustias sobre Pacino (ahí tenemos a Angustias con las prioridades bien claras).
• Angustias mirando a Pacino de arriba a abajo al pasar a su lado (todas somos Angustias)
• La escena inicial con Pacino, su compañero y los quinquis (y la música de fondo, muy propia del lugar y la época. Si ya han mencionado Usera y Carabanchel en la serie, no pierdo la esperanza de que Villaverde, San Blas y Vallecas tengan su mención proximamente).
• Salvador intentando sonsacar a Ernesto acerca de sus placeres culpables para terminar aceptando que tanto Ernesto como él son unos sosos.
• Salvador viniéndose arriba al hablar de Pau Gasol con lo de, "Pau Gasol es una gloria de España y con eso no se juega, ¿estamos?) (muy fan de esto, que Pau es un amor y soy muy, muy fan suya)
• Que aparezca por el Ministerio Quincoces y que haya una puerta que de al Estadio Metropolitano (¿Javier Olivares futbolero? Noooo, que va).
• La afición que le ha cogido Alonso a utilizar el hideputa (Alonso y su fanboyismo evidente hacia Spinola).
• Alonso abriendo el envoltorio de un sandwich como si fuera lo más normal del mundo ante la cara de pasmo de Pacino.

LO MEJOR: La presentación de Pacino, Hugo Silva, los momentos Alonso/Amelia, el mayor protagonismo de Salvador y Ernesto

LO PEOR: Las paradojas espacio-temporales del final del capítulo han resultado un tanto desconcertantes, que Irene sea la traidora una vez más me ha resultado un tanto repetitivo

PUNTUACIÓN: 8/10