martes, 21 de junio de 2016

BONES 11X14 THE LAST SHOT AT A SECOND CHANCE



(contiene spoilers)

Muy buen episodio de Bones, sobre todo muy emotivo, en prácticamente todas las tramas que nos han dado (que han sido muchas porque en este episodio han pasado muchas cosas).

Empezando por el caso de la semana (que ha sido triste y esperanzador a partes iguales), continuando por el paso adelante en su relación entre Warren y Aubrey y finalizando por la conversación entre Angela y Hodgins, que llevábamos esperando desde que empezó esta nueva tanda de episodios, y que parece el inicio de la vuelta a la normalidad (dentro de lo que cabe) en la pareja.

El caso de la semana se centra en el asesinato de una antigua reclusa, que había pasado diez años en prisión por traficar con crack y que había salido en régimen de libertad vigilada para vivir en una casa de reinserción (donde debía dar cuenta en todo momento de dónde estaba). O por lo menos hasta que desapareció de la noche a la mañana sin dar ningún tipo de explicación (aunque la aparición de su cadáver explicaba que no hubiera dado señales de vida en ese tiempo).

El primer sospechoso de su asesinato es el antiguo proveedor de droga de la víctima, que resulta ser un antiguo compañero de prisión de Booth durante los meses en los que estuvo encarcelado injustamente y que parece igual de reinsertado en la sociedad que la fallecida.

Debido a su relación personal (y también a que claramente ha rehecho su vida), Booth en ningún momento cree que se trate del asesino, lo que hace que Aubrey cuestione su imparcialidad en este tema, aunque enseguida se probará que efectivamente Booth tenía razón y el hombre no había tenido nada que ver con el asesinato de la víctima.

Descartado su antiguo cómplice, las sospechas del equipo recaen sobre la compañera de habitación de la fallecida, sobre todo después de que encuentren un alijo de droga dentro de una lámpara de la habitación que ambas compartían.

Sin embargo la mujer niega conocer la existencia de la droga y además también duda de que la víctima tuviera que ver con ello ya que estaba a punto de comenzar una nueva vida. Había retomado su relación con la hija que tuvo con el compañero de prisión de Booth, que además estaba esperando un bebé y planeaba formar una familia con ellos, en la que también pensaba incluir al padre de la chica.

Finalmente, el equipo descubrirá que el asesino había sido el dueño de la casa de reinserción vigilada, que harto de cumplir la ley y vivir en la pobreza, había comenzado a trapichear con droga, siendo descubierto por la víctima,  a la que había quitado de enmedio para que no se fuera de la lengua.

El caso termina con Booth reuniendo a su antiguo compañero de prisión con su hija para continuar con el proyecto de familia que había intentado iniciar la víctima.

En otro orden de cosas, Warren y Aubrey siguen con su relación de amistad con posibilidades de algo más que avanza más o menos a la velocidad de un caracol (a estas alturas sinceramente yo ya pensaba que estaban juntos, ¿cuántos episodios llevan con esto?). Además, su primer intento de beso termina de forma bastante desastrosa con Warren dándole un cabezazo en la nariz a Aubrey y con ambos calados hasta los huesos después de que un coche pase por un encima de un charco a toda velocidad justo al lado de ellos.

Warren habla con Angela sobre el tema y ésta le dice que seguramente vayan tan despacio (algo que por lo visto nunca le ha pasado con nadie a Warren) porque la cosa va en serio. Algo parecido le dirá Booth a Aubrey cuando tengan la misma conversación.

Finalmente, Warren y Aubrey se animan a abordar la situación entre ellos y deciden seguir con el ritmo que llevan hasta ahora con su relación, sin forzar las cosas. Sin embargo, que Aubrey salve a Warren de un atropello cuando ya se estaban despidiendo, acelerará el tema y ambos tendrán por fin su primer beso, tirados en el suelo, de una forma bastante romántica (me ha parecido bonito hasta a mi y eso que estaba pareja nunca me ha dicho demasiado).

En otro orden de cosas, Sebastian, el ex de Cam y mentor fotográfico de Angela, le hace una visita a ésta en el laboratorio para proponerle trabajar con él en un proyecto juntos en su estudio.

Angela le preguntará a Hodgins su opinión sobre el tema y éste le dirá que haga lo que quiera (todo de muy malas maneras como lleva pasando los últimos episodios).

Sin embargo, la cosa se complicará cuando Angela se quede dormida en la oficina, tenga un sueño erótico con Sebastián y Hodgins la escuche pronunciar su nombre, ya que hará que Hodgins tire la toalla definitivamente con su matrimonio y le entregue a Angela todas sus posesiones aduciendo que el fracaso de su matrimonio es sólamente culpa suya.

Pero Angela se negará a aceptarlo, lo que parece que por fin hace reaccionar a Hodgins, que comprende que realmente está en su mano el que la situación mejore y realiza un acercamiento a Angela antes del final del episodio, dándonos al menos alguna esperanza de que la situación se va a arreglar.

En otro orden de cosas, vemos como, después de una vista preliminar bastante desastrosa ante el FBI a cuenta del puñetazo que le dio al machista en el episodio anterior, Brennan va a tener que ser supervisada por Booth durante seis meses, algo que, conociendo a Brennan, puede acabar como el rosario de la aurora.

El episodio me ha gustado mucho. No se si porque estaba más sensible de lo normal o porque realmente las tramas han sido todas muy sentidas, pero la verdad es que ha sido uno de los que más me han gustado de la temporada. Además, han sido capaces de manejar bastante bien cuatro tramas en paralelo, algo no demasiado frecuente en esta serie.

El caso me ha dado mucha pena, tanto su desarrollo como su desenlace (después de todos los esfuerzos de la víctima por enderezar su vida, el morir precisamente por intentar hacer lo correcto me ha parecido muy triste) ), aunque ese final esperanzador con Booth reuniendo a un padre con su hija, dándoles una segunda oportunidad a ambos me ha parecido muy bonito. Precioso gesto de Booth, que cuando quiere, puede ser también muy sensible.

Booth y Brennan me han hecho bastante gracia en todo lo relacionado con la vista ante el FBI y después de 11 temporadas todavía consiguen que me los crea como pareja y que me resulten agradables de ver (algo que no todas las series consiguen y sino a Castle me remito). Eso si, preveo problemas ante esta nueva faceta de Booth como supervisor de Brennan, con lo difícil que es ésta de controlar.

Hasta este momento, Warren y Aubrey me resultaban bastante indiferentes pero he de reconocer que en este episodio me han resultado muy monos y adorables. Su escena del beso interruptus ha sido la risa y el beso final les ha quedado muy bonito. Aunque claro, Aubrey es un amor y eso también ayuda.

En cuanto a lo de Angela y Hodgins, pues ya era hora de que pusieran las cartas sobre la mesa y sobre todo de que Hodgins asumiera lo que le está haciendo a Angela y a su matrimonio. Muy fan de Angela por no dejar que Hodgins se salga con la suya de abandonar el barco. Esperemos que el gesto final de Hodgins cogiéndole la mano a Angela sea el presagio de que las cosas empiezan a mejorar para esta pareja.

LO MEJOR: Lo bien llevadas que han estado las cuatro tramas del episodio, lo sentido que ha sido todo

LO PEOR: Los niveles de bordería de Hodgins estaban empezando a saturar, esperemos que de verdad empiece a cambiar

PUNTUACIÓN: 9/10

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