(contiene spoilers)
Episodio lioso, lioso de "Elementary", en el que el caso empieza en un punto y termina en algo completamente diferente, a pesar de que el asesino resulta más o menos obvio desde el primer momento.
El caso de la semana se centra en la muerte de un cheff envenenado con veneno de serpiente tras probar uno de los platos que había servido en un almuerzo privado que había dado esa misma mañana. Además de él, uno de sus ayudantes también resulta intoxicado.
Teniendo en cuenta que la comida estaba envenenada (algo que nos enteraremos más adelante que ocurrió la noche anterior al crimen cuando alguien simuló un robo para echar el veneno en la comida), la prioridad de la policía es encontrar a las personas que estuvieron en ese almuerzo, que aparecen todas muertas en sus hoteles (habían ido a la ciudad por una reunión de negocios) menos un hombre que se salvó porque era vegetariano (y que por cierto es Mohinder de Heroes).
Tanto las personas fallecidas como el superviviente formaban parte de un grupo que llevaba a cabo la vigilancia y seguridad de internet, por lo que en un primer momento se piensa que el ataque iba dirigido a conseguir sus códigos de seguridad para lanzar algún tipo de ciberataque.
Sin embargo, el superviviente les confirma que, aunque el asesino hubiera robado todas las tarjetas de seguridad de los fallecidos (cosa que no había hecho), no podría poner en riesgo la seguridad de internet porque existían muchos cortafuegos secundarios.
Esto hace que el equipo cambie el enfoque de la investigación, sobre todo cuando alguien manda un video anónimo a las agencias de noticias afirmando que pertenece al grupo responsable de la muerte de esas personas, que están contra el sistema y que su siguiente objetivo es Wall Street.
Esta amenaza hace que la actividad de Wall Street se pare y que Joan y Sherlock se personen allí para intentar impedir que pase alguna desgracia.
Nadie más morirá en el episodio pero alguien roba unos importantes cuadros impresionistas de Wall Street sin que Joan y Sherlock puedan impedirlo, poniéndose por fin al descubierto el verdadero objetivo del asesino: robar los cuadros para venderlos en el mercado negro.
Sabiendo esto, Sherlock diseña una estrategia por la que la policía informa a los medios de que los cuadros robados han sido encontrados por lo que al asesino/ladrón no le quedará más remedio que publicitar el hecho de que él tiene los cuadros verdaderos si quiere que alguien se los compre.
Esto hará que Sherlock y Joan den con el supuesto asesino/ladrón, al que encontrarán muerto en su piso a causa de la mordedura de la serpiente de la que extrajeron en el veneno.
Sin embargo, este hombre no trabajaba solo sino que tenía un socio, que además era el cerebro detrás de la operación y que resulta ser el ayudante del chef al que conocimos al principio del episodio, que decidió probar la comida envenenada después haber desarrollado inmunidad al veneno de la serpiente durante todo el tiempo que la tuvo con él.
Sherlock se da cuenta de que él es quien está detrás de todo al reconocer una marca que había visto en la mano del hombre y que coincidía con la forma exacta de la mordedura de la serpiente recuperada del piso de su cómplice.
Aunque la prueba definitiva resultará ser uno de los cuadros robados que el hombre había escondido en la jaula de otra de las serpientes que coleccionaba.
En otro orden de cosas, Marcus comete perjurio en un juicio debido a un malentendido al transcribir las notas de Sherlock sobre el caso y ambos tienen que ir a hablar con la fiscal para que le explique al juez lo que ha pasado y el delincuente no consiga librarse de la cárcel.
Durante este proceso, Sherlock se dará cuenta de que a Marcus le gusta la fiscal y en una conversación que tienen, Marcus le dirá que para él es muy importante compartir su trabajo con sus parejas, algo que Sherlock se ha dado cuenta de que no hace con Fiona que por cierto está en un viaje de trabajo en Philadelphia.
Esto hará que Sherlock reflexione sobre el estado de su relación y deba plantearse la decisión de si proseguir su relación con Fiona o no.
El episodio no ha estado mal pero cada vez que a los guionistas les da por plantear este tipo de casos, que empiezan con una muerte y terminan en algo que no está ni relacionado, personalmente me agotan y hacen que me termine dando igual quien es el asesino.
Además, el asesino me ha resultado obvio desde el principio. Es decir, pensaba que los motivos irían por otro lado pero que el asesino iba a ser él.
Por otro lado, la trama personal de Sherlock, Fiona y Marcus me ha gustado bastante porque creo que lo han enlazado todo muy bien.
Eso si, tristemente no veo que Sherlock y Fiona vayan a tener mucho futuro. Lo de sacar a colación a Moriarty y lo poco entusiasmado que veo a Sherlock con la relación hacen que piense que tienen los días contados como pareja.
LO MEJOR: La trama secundario
LO PEOR: Lo enrevesado que ha resultado el caso
PUNTUACIÓN: 7/10
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