miércoles, 30 de marzo de 2016
ALLI ABAJO 2X07 MI GRAN BODA VASCA
(contiene spoilers)
Muy buen episodio de "Allí Abajo" esta semana. Para mí, el mejor desde que empezó la temporada o por lo menos con el que más me he reído. Koldo, Sabino y Jozé han estado graciosísimos, Carmen e Iñaki muy monos y hasta el padre de Carmen me ha molestado bastante menos que de costumbre (quizá porque Maritxu se lo comía un poco en sus escenas).
El episodio empieza con Iñaki yendo al apartamento de Koldo para contarle que se ha prometido con Carmen por un malentendido. Koldo, que se acaba de levantar y lleva un antifaz para dormir muy molón, lógicamente lo flipa un poco pero le asegura a Iñaki que seguro que Carmen no está tan emocionada con la boda y seguro que podrá convencerla de que mejor lo dejen en stand-by.
Sin embargo, en ese momento, a través del radio patio vecinal, escuchan a Carmen contarles a las vecinas superemocionada que se casa mientras les enseña el anillo que Iñaki le ha regalado. Pues si que parece que a Carmen le hace ilusión casarse con lo que la idea de proponerle suspender la boda parece que no va a cuajar.
Hablando del anillo, Rafi está un poco mosqueado con Iñaki porque éste se apropiara de su gesto romántico (sobre todo porque Isabel le dice que ya podría tener él detalles como los de Iñaki) y cuando su hermana e Iñaki llegan a la clínica (después de recibir las felicitaciones de todo el mundo hecho que hace que a Rober casi le de una apoplejia) le dice a Iñaki que tiene que decirle a Carmen la verdad.
Pero justo en ese momento Iñaki está teniendo una revelación al ver a Carmen hablando con otras enfermeras y decide que si, que se casa y que le compra el anillo a Rafi para que éste deje de protestar.
Carmen e Iñaki están felices y ven todo de color de rosa.. hasta que se dan cuenta de que van a tener que decirles a sus padres que se casan y ahí se les corta el rollo totalmente.
Carmen llama a su padre para decirle que tiene que contarle algo pero que tiene que ser en persona porque quiere verle la cara cuando se lo diga (también vaya tela con Carmen, ¿quiere ver en directo cómo a su padre se le hincha la vena del cuello y pone cara de asesino en serie?) y que se va a acercar a la finca para contárselo.
Como esto a Antonio no le suena nada bien (normal por otro lado) decide no esperar a que Carmen vaya a Cádiz y presentarse él en la clínica.
Allí se encontrará con Maritxu, que ya sabe que Carmen e Iñaki se casan porque cuando Iñaki llama a Antxon para contárselo, éste pone el teléfono en manos libres para que Peio también escuche a Iñaki y como están en el bar, Maritxu lo escucha todo, aunque ni Antxon ni Peio se atreven a decirle a Iñaki que su madre lo ha oído todo. Por cierto, muy fan de Iñaki describiendo exactamente las distintas fases por las que iba a pasar su madre cuando se enterara.
Total, que Maritxu entra en pánico, llama a Bego y Sabino para que vuelvan corriendo del balneario para hacerse cargo del bar (fastidiándoles en el proceso los super molones tratamientos faciales que se estaban dando los pobres) y se va derechita al aeropuerto para cogerse un avión rumbo a Sevilla. Desde luego, las líneas aereas se están forrando con Maritxu.
En el ascensor del hospital se encontrarán Antonio y Maritxu (que todavía no se conocen) y en él quedarán atrapados (el ascensor había estado dando síntomas durante todo el episodio de que algo le iba a pasar).
Antonio se pondrá a gritar como un energúmeno, lo que hará que Dolores y Jozé le escuchen y vayan a rescatarlos (por cierto, duda, ¿es que no tienen en el hospital un servicio de mantenimiento de los de toda la vida para que el celador y la recepcionista tengan que coger los bártulos y ponerse a arreglarlo? Trini da mucho la tabarra con la excelencia y las estrellitas pero eso es para que se las quiten todas de golpe).
Total, que mientras Dolores y Jozé juegan a Bricomanía, Maritxu y Antonio se ponen a hablar para pasar el rato. Bueno quien dice hablar dice despotricar de su hijo porque no le ha consultado antes de proponerle matrimonio a su novia en el caso de Maritxu(esta mujer debería asumir que angelito tiene más de treinta años..) y de su futuro yerno en el caso de Antonio (cuyo diálogo en esta serie se reduce en llamar carajote y carajaula al pobre Iñaki, en serio que no le aguanto).
Por supuesto, Jozé y Dolores conseguirán arreglar el ascensor justo cuando Iñaki y Carmen están en la puerta para que cuando ésta se abra tengamos la escena incómoda en la que Iñaki llama ama a Maritxu, Carmen papa a Antonio y ambos se dan cuenta de que en el ascensor estaban hablando de lo mismo sin saberlo.
A partir de aquí, lógicamente se desatará la mundial. Con Maritxu dolida porque Iñaki no le había dicho nada y Antonio porque no traga a Iñaki. Eso si, muy fan de Maritxu cuando pone en su sitio a Antonio al decirle que él se ocupe de su hija que ya ella se ocupará de hablar su hijo (en lugar de mandarle a freir espárragos por meterse con su hijo, que hubiera sido lo suyo).
Además, en cuanto se les pasa el susto inicial (que no el mosqueo) tanto Antonio como Carmen se pondrán muy, muy pesados con organizar la boda de la forma que ellos quieren. Esto es, a la vasca para Maritxu y a la andaluza y en Cádiz para Antonio.
Llegará un punto en que se pondrán tan pero tan pesados que Iñaki y Carmen deciden casarse en secreto, de improviso y sin avisar a nadie. Para ello reclutarán a Koldo y a Jozé para que les ayuden, aunque claro, es muy complicado encontrar fecha no sólo para casarse por la iglesia con tan poco tiempo sino que en el ayuntamiento les han dicho que han de esperar tres meses.
Pero esto lo arreglará Dolores (o no, según se mire), cuando se entere de lo que planean (algo por lo que casi les da un infarto a Carme e Iñaki porque reconozcamos que Dolores discreta, discreta, lo que se dice discreta no es). Resulta que el cuñado de Dolores es notario y como ahora los notarios pueden casar, si Dolores le llama, en un santiamén estarán casados.
A Carmen e Iñaki les parecerá una gran idea y mandarán a Koldo y a Jozé a la oficina del notario para que éste les explique la documentación que necesitan para poder casarse. La idea de la pareja mandándoles a ellos es que tanto Antonio como Maritxu no se enteren y no puedan estropearles sus planes.
Una vez en la notaría, Koldo, Jozé (y toda la audiencia) se darán cuenta de que el notario es un poco bastante desastre y tiene su despacho hecho un lío, con montañitas de papeles acumulados sin orden ni concierto y con una secretaria aún más desastre que él.
Después de un primer momento de desconcierto en el que el notario piensa que los que se van a casar son Koldo y Jozé, el notario les dirá los papeles que necesitan Carmen e Iñaki y que vuelvan con ellos en tres horas para casarles.
Así lo hacen y, aunque la boda resulta un tanto accidentada porque al notario se le ocurre la genial idea de poner el ventilador y un montón de papeles salen volando, Carmen e Iñaki consiguen casarse sin que sus padres se enteren y Koldo y sobre todo Jozé (que se pone a llorar como una magdalena) se emocionan mucho tras actuar como testigos y ser los únicos amigos y/o familiares de la pareja que presencian el enlace.
Después de esto, los cuatro volverán a la clínica y Carmen e Iñaki les anunciarán a Antonio y Maritxu, después de la enésima bronca por el lugar de celebración de la boda, que dejen de darle vueltas al tema porque ya se han casado.
Sin embargo, cuando Koldo saca el certificado de matrimonio para enseñárselo a Maritxu y Antonio y que vean que, efectivamente, sus hijos se han casado, le cambia el color de la cara. Se ha dado cuenta de que el desastroso notario se ha equivocado con los nombres e Iñaki no aparece casado con Carmen sino con otra mujer por cuyo nombre se intuye que debe ser rusa. Si es que al pobre Iñaki, las cosas nunca pueden salirle bien.
En otro orden de cosas, don Benjumea ha vuelto a Sevilla muy emocionado con Maritxu después de su visita a San Sebastián. Es por eso que le compra un colgante muy bonito (y muy caro) y se lo manda por correo urgente a la taberna con la intención de sorprenderla.
Pero claro, don Benjumea no había contado con el asunto boda, por lo que cuando ve a Maritxu en Sevilla y le cuenta lo del regalo, ésta entra en pánico al pensar que Begoña se va a enterar de su "relación" con don Benjumea.
Esto hace que Maritxu llame corriendo a Sabino para que intercepte el paquete antes de que lo vea Bego (de verdad, que mono que es Sabino). Sin embargo, a Sabino sólo le dará tiempo a evitar que Bego sepa qué es lo que hay en el paquete y quién lo ha enviado porque es a ella a quien se lo da el mensajero.
Sabino sale del paso como puede diciendo que es un anzuelo especial para pescar merluza pero aprovechando un momento en el que no está Sabino, Bego, alentada por Antxon y Peio (que en este capítulo han estado especialmente metepatas), abrirá el paquete, verá el collar y se emocionará mucho ante la posibilidad de que Sabino le haya comprado un regalo tan bonito.
Por eso, cuando más adelante escucha una conversación teléfonica entre Sabino y Maritxu (aunque Bego no sabe que es su hermana con quien está hablando su marido) acerca del colgante, se queda con la impresión de que Sabino la está engañando con otra y el colgante lo ha comprado para su amante.
Mientras tanto en Sevilla, don Benjumea sigue sus intentos de acercamiento a Maritxu (hay que ver lo incansable que es este hombre), al tiempo que intenta enseñarles una lección a los vagos de sus hijos, de los que ha descubierto que estaban pagando a alguien para que hiciera por ellos su trabajo de peones.
Don Benjumea informa a sus hijos de que como son un par de inútiles, da por imposible la posibilidad de que consigan encontrar un trabajo, por lo que, al ser su culpa al haber criado a unos vagos, les pasará una asignación. Eso si, la asignación será de 650 euros, el salario mínimo interprofesional.
En otro orden de cosas, Jozé sigue intentando conquistar a Elena (algo que no veo porque no es que tengan mucha química. Yo casi que veo más a Jozé con Irene) y para ello continua intentando demostrarle que es tan ecológico como ella.
Es por eso, que le cambiará a Dolores su bicicleta por su moto (gran error teniendo en cuenta que Dolores la estrella nada más hacer el cambio) y se pasará todo el episodio yendo en bicicleta de un lado para otro. De hecho, su empeño en conquistar a Elenea es tal que llega a rechazar un mercedes que don Benjumea quería regalarle para impresionarla. Definitivamente, no veo esta historia.
Por otro lado, Trini sigue empeñada con mejorar la calificación (y las estrellitas, sobre todo las estrellitas) de la clínica y su nueva idea para conseguirlo es repartir entre el personal un manual de maneras correctas de tratar a los pacientes, ya que éstos van a empezar a evaluar el trato de los profesionales de la clínica y a más puntuación, más estrellitas.
La mayoría de los trabajadores de la clínica (especialmente las enfermeras) se lo tomarán a broma pero Rober, que está muy susceptible por la boda de Carmen e Iñaki, y terminará discutiendo acaloradamente con Trini en la sala de tacs, echándole en cara que todo su empeño con las estrellitas es porque si aumentan las estrellitas, aumenta su sueldo.
Trini le reconoce a Rober que tiene razón en eso, aunque realmente Trini también quiere mejorar el servicio que presta la clínica. La cosa es que la discusión empieza a subir de tono y ambos terminan enrollándose encima de la máquina de tac, que dará una imagen muy curiosa de dos cerebros en unos resultados que Dolores le lleva a Rober pensando que son de un paciente.
El episodio me ha gustado mucho. Hacía tiempo que no me reía tanto con esta serie. Es que todo el mundo ha estado sembrado: Koldo, Jozé, Sabino, Rober, Dolores, Maritxu..
Carmen e Iñaki han estado monísimos e ideales y me ha dado bastante pena que al final les saliera tan mal lo de la boda y sobre todo que haya sido el pobre Iñaki el que haya terminado casado con una desconocida. Con lo buena gente que es, todas las desgracias siempre le pasan a él. Aunque, también es verdad, que era demasiado pronto para que Carmen e Iñaki se casaran y había que pararlo de alguna manera.
Antonio sigue siendo el peor personaje de esta serie en su temporada y media de existencia, aunque en este episodio, como ha sido totalmente eclipasado por Maritxu (al que su romance con don Benjumea le ha sentado muy bien. Estaba guapísima en este episodio), me ha molestado menos que otros días. Muy grande Maritxu al decirle que se ocupe de su hija y deje en paz a su hijo.
Los hijos de don Benjumea siguen siendo un par de vagos inútiles. No me extraña que su padre haya perdido la esperanza con ellos porque vaya par de dos. Eso si, don Benjumea debería plantearse qué es lo que ha hecho mal para que sus hijos le hayan salido.
Rober mola, por mucho que sea el "villano" de la historia. Tiene toda la gracia (muy fan de Alfonso Sánchez) y sus tramas son siempre muy entretenidas. La de este episodio además ha servido para que Trini tenga más protagonismo y descubramos el motivo detrás de su obsesión por las estrellitas.
Otro que está empezando a encajar de maravilla en Sevilla es Koldo, que hoy ha estado genial (me han encantado sus salidas y también su antifaz para dormir) y que ha formado un gran duo con Jozé (de hecho, Jozé me ha gustado hoy bastante más que otros días sin contar su historia con Elena, algo en lo que me extenderé más adelante). Las escenas de estos dos en el notario han sido muy grandes y ver llorar a Jozé a lágrima viva super emocionado por la boda ha sido muy gracioso.
Por otro lado, Dolores y su "están pasando tantas cosas que me voy a tener que hacer un esquema" ha sido lo más.
Además, el hecho de que Isabel haya salido lo mínimo imprescindible también ayuda a que la cosa mejore, aunque haya echado de menos a Rafi.
Lo único de la trama sevillana que hoy no me ha funcionado ha sido el intento de romance entre Jozé y Elena, que no me pegan ni con cola y que no creo que tengan nada de química. Esto puede que se deba a que Elena como personaje me resulta un tostón y uno de los mayores clichés de la serie (en la que hay unos cuantos). Vamos, que no me aporta nada, aunque sin llegar a ponerme de los nervios como me pasa con el padre de Carmen.
Sorprendentemente la trama vasca hoy ha sido más floja que la sevillana (algo raro porque normalmente es al revés), aunque las meteduras de pata de Antxon y Peio con el teléfono, los agobios de Sabino y la lucha sin cuartel entre Antxon y el grifo de cerveza han estado muy bien.
LO MEJOR: Episodio muy, muy divertido
LO PEOR: ¿Por qué sigue saliendo el padre de Carmen y nos están intentando colar el romance entre Jozé y Elena?
PUNTUACIÓN: 9.5/10
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