EL MINISTERIO DEL TIEMPO 2X07 TIEMPO DE VALIENTES PARTE 1

(contiene spoilers)

Buen episodio de "El Ministerio del Tiempo" esta semana, que ha empezado un poco lento (yendo de menos a más) y que nos ha traído de vuelta a nuestro intenso "favorito", que por cierto, mi gozo en un pozo, sigue igual de intenso que siempre (lo que también es normal, si a un hombre de por si triste le metes en medio de dos guerras, pues el resultado es que no sólo no abandona la tristeza sino que la aumenta). Por cierto, sigo con mi campaña, ¡Pacino, no te vayas!

El episodio empieza con el momento en el que Susana despide a Salvador pero en esta ocasión vemos la escena inmediatamente posterior y que es Salvador llamando a Julián para avisarle de que saben donde está y salga echando leches de allí ya que él no puede protegerle más porque le han despedido.

Es por esto que vemos a Julián, que está en Cuba en 1898 irse a toda prisa de allí para aparecer dos meses más tarde en Manila, Filipinas.

Mientras tanto en el ministerio, nos muestran que la reincorporación de Salvador no ha sido todo lo plácida que a él le habría gustado ya que nada más aterrizar en su despacho, se ha presentado una representante del gobierno llamada Marisa, que parece tener algún tipo de historia con Ernesto (y por las miradas asesinas, una historia que no acabó demasiado bien) y que está interpretada por Nieve de Medina, para solicitarle una auditoría de las cuentas.

El trasiego de subsecretarios ha llamado la atención del gobierno y eso unido a los informes chapuceros que se hacen desde el ministerio ha hecho que en presidencia se pongan serios y exijan unas cuentas totalmente detalladas.

Es por esto que Salvador avisa a la patrulla (en la que Pacino ha cambiado de look. Ya no gasta patillas y bigotazo sino que va con la estética normal de Hugo Silva) para que vaya a su despacho y les manda a revisar informes para ver si cuadran las cuentas (papeleo del de toda la vida).

Bueno, más bien pone a Amelia a hacer papeleo y a Alonso y a Pacino a revisar las nuevas puertas que van apareciendo para documentarlas, algo que enfada enormemente a Amelia (y que la tendrá mosqueada durante todo el episodio), sobre todo cuando Pacino y Alonso que han estado en la famosa primera clase de Miguel de Unamuno en la Universidad de Salamanca después de volver de su destierro, no aprecian la enormidad de lo que han presenciado. Amelia enfadada es muy, muy borde (y sino que se lo pregunten al pobre Spinola).

Además, todo lo de revisar el papeleo de antiguas misiones hace que Amelia se acuerde otra vez de Julián y nos obsequie con más miradas lánguidas.

Durante la revisión de papeleo veremos como Angustias y Ernesto encuentran (además de un montón de dibujitos de Velázquez al que parece que le mola utilizar todo papel que cae en sus manos para dibujar cualquier cosa) una carta, sin firma ni remitente, que alguien le envío a Ernesto y en la que le decían que tenía un hijo del que él no tenía constancia.

Ernesto, lógicamente, se queda pálido, le pide a Angustias que no se lo cuente a nadie y empieza su propia investigación para averiguar quién puede ser la madre del niño. La primera candidata es Marisa, a la que le pide tomar un café juntos cuando ésta sale del despacho de Salvador en una de sus visitas de revisión de la auditoría. A Marisa no parece hacerle mucha gracia (bueno, más bien ninguna, la verdad sea dicha), pero termina accediendo y confirmándole a Ernesto que ella no es la madre de su hijo. De todas formas, esto no me lo termino de creer porque Marisa parece bastante dolida y es como muy conveniente haber introducido justo ahora su personaje. Pero bueno, veremos cómo va avanzando esto.

Mientras tanto, Pacino sigue intentando que Amelia le haga caso y la última estrategia que se le ha ocurrido es invitarla a su piso a ver una serie de su época ("Historias para no dormir" de Chicho Ibáñez Serrador) y hacer palomitas. Amelia no está demasiado convencida pero terminará aceptando. Eso si, porque Amelia es una mujer del siglo XIX y no ha entendido la mitad de lo que le ha dicho porque las técnicas de ligue de Pacino dejan bastante que desear (aunque supongo que eso lo suple siendo guapo, visto el éxito que nos dicen que está teniendo con las chicas de 2016).

Además, Pacino y Amelia vivirán su propia mini aventura cuando Pacino le propone, aprovechando que Alonso está desaparecido (a eso volveremos más adelante), que le acompañe a mirar una de las puertas y deje de hacer tanto papeleo.

Amelia, tan propia como siempre, dice que no puede dejar las cosas a medias pero Pacino la terminará convenciendo, entre otras cosas porque ella está deseando dejar el dichoso papeleo.

Sin embargo, esto terminará siendo una experiencia un tanto desagradable para Amelia cuando descubren que la puerta en cuestión lleva a un momento del pasado en el que ella, Julián y Alonso fueron a una misión y le vuelve a traer a la mente a Julián (si, seguimos con el culebrón, pues que bien).

Además, esto lo descubrirán después de que Pacino se salte el protocolo por enésima vez y se lance a la aventura a ver qué oculta la puerta en lugar de esperar a que el robot que maneja Amelia le diga en qué época están y cómo deberían vestirse. Pacino al ver a Alonso y Amelia caracterizados intuye que el otro es el famoso Julián y decide ir a saludarle (no me extraña que tenga curiosidad el pobre), lo que hace que Amelia se enfade aún más. En serio, no entiendo cómo a Pacino le puede gustar Amelia con lo absolutamente inaguantable que está últimamente. A ver si el regreso de Julián le alegra el carácter un poco.

En paralelo a todo el drama Pacino/Amelia, vemos a Alonso toparse con una manifestación antidesahucios en la que un grupo de gente está intentando evitar que deshaucien a una anciana. Esto ya de por si llamará la atención de Alonso, aunque lo que realmente le impactará será ver que una de las mujeres que se encuentran en la manifestación es igual, igual a su querida Blanca.

Es por esto que cuando la policía llega para desalojarlos, a Alonso le invade el espíritu de soldado de los tercios y carga contra ellos como si no hubiera mañana. De hecho, Alonso se pasa tanto de frenada que para poder detenerlo, tienen que emplearse cuatro o cinco policías y aún le dará tiempo a mandar volar a otro cuando le meten en el furgón. Si es que nuestro Alonso no deja las cosas a medias.

Este numerito de Alonso enfadará mucho, muchísimo a Salvador, que bastante tiene el hombre con lo de la auditoría, cuando Angustias va a su despacho a contarle lo que ha pasado y enviará a Pacino a que saque a Alonso de la cárcel de forma discreta aprovechando un favor que le deben desde el ministerio del interior.

A Alonso le liberarán justo cuando el clon de Blanca (que nos dice que se llama Elena del Castillo), que es abogada y ha pedido hablar con Alonso, le dice que enseguida le soltarán. Vamos, que sólo va a tener que pagar una sanción administrativa.

Antes de irse, Alonso y Elena intercambiarán teléfonos, por lo que imagino que volveremos a esta historia más pronto que tarde. Desde luego, no me extraña que Alonso se haya quedado tan flipado al ver a Elena (aunque con lo de la carga militar se haya venido un poco arriba), porque es que es clavadita a Blanca.

Toda esta aventura de Alonso dará al trate con los planes de seducción de Pacino para con Amelia ya que a Pacino no le da tiempo a explicarle bien a Alonso que se tiene que ir del piso antes de que venga Amelia y cuando ésta llega, se apunta al plan de series y palomitas con toda la alegría del mundo para horror de Pacino.

La escena es la risa porque Alonso no sólo no pilla los continuos gestos de Pacino para que se vaya y le deje a solas con Amelia sino que incluso le utiliza como fabricante de palomitas. El pobre Pacino me ha dado mucha penita aquí.

Por cierto, que Amelia no oirá el teléfono al estar demasiado enfrascada con la serie y no podrá recibir una llamada de Julián, que por fin se ha dignado a dar señales de vida. Amelia a punto del suicidio en 3, 2, 1...

Volviendo a la trama de Julián, le habíamos dejado en Manila en 1898, donde empezará a trabajar como enfermero/médico tratando a los soldados que están luchando en la guerra.

Con uno de ellos, Rafael, que está bastante malherido pero al que, en principio, consigue salvar con una técnica muy moderna para la época y que Julián justifica con que la aprendió de un médico americano muy reputado llamado House (por muy triste que sea Julián esta referencia ha molado mil, las cosas como son), entabla una relación más cercana.

Es por esto que Rafael le pide un favor. Que en caso de que él muera, le lleve un camafeo que pertenecía a su madre a María, su novia tagala (de la que Julián ya ha visto la foto) que vive en Baler.

Como se veía venir, Rafael terminará muriendo, lo que hará que Julián le pida a Miguel, el chico que reparte el correo, que le diga como llegar hasta Baler y como resulta que Miguel pasa cerca de allí, le ofrece que vaya con él (algo que a Julián le viene muy bien porque no le veo peleándose con las "bichas" y demás fauna de Filipinas).

Durante uno de los descansos del camino, Miguel sorprenderá a Julián mirando la foto de la futura boda entre él y Amelia (duda, ¿qué hace el sufrido viudo al que no le interesa nada Amelia con esa foto precisamente en la mochila? Vamos, que no pega ni con cola).

A Julián se le ve incómodo pero termina admitiendo ante Miguel que Amelia es guapa y sobre todo la mujer más inteligente que ha conocido. Por su parte, Miguel le enseñará una foto de su novia... que desde luego no es tan guapa como Amelia (siendo generosos) y Julián saldrá del paso como puede para no decir que es un callo.

Finalmente, Julián llega a Baler (después de despedirse de Miguel), donde no es nada bien recibido por los soldados del destacamento, que le encañonan en cuanto le ven y que le toman por un espía. Especialmente desagradable resulta el teniente Martín de los Cerezos, que es muy, muy chungo y que si por él fuera habría encerrado a Julián y tirado la llave.

Sin embargo el capitán De las Morenas es bastante más razonable y tras escuchar el consejo de Rogelio Vigil, el médico de la tropa y que desde luego parece ser el que más y mejor se ha adaptado al entorno (vamos, que no lleva ni uniforme), decide que Julián puede quedarse con ellos en calidad de enfermero, que es algo que siempre viene bien.

A partir de aquí Julián se hará amigo del soldado Toca (Juan José Ballesta) que fue el que le detuvo, del cocinero del grupo (Jordi Vilches) y de casi todo el destacamento sobre todo cuando descubren que Julián sabe leer y escribir y le encomiendan la misión de escribir cartas en su lugar a sus familiares en España.

También conoceremos a María, la novia de Rafael, a la que Julián le entregará el camafeo tal y como prometió a su difunto novio y al maestro del pueblo, un tagalo totalmente integrado entre los españoles.

Sin embargo, el ambiente general es muy tenso y tras una noche de aparente calma (que incluso Julián aprovecha para realizar el intento fallido de llamada a Amelia), la  mañana llega con noticias bastante poco tranquilizadoras ya que encuentran el cuerpo sin vida del maestro ahorcado y apuñalado y un pueblo completamente desierto.

El asunto huele francamente mal por lo que De Las Morenas ordena a parte de sus hombres que cojan toda la comida que encuentren y la lleven a la iglesia. Mientras tanto, un destacamento con Martín de Los Cerezos, Julián y el resto de soldados conocidos, inspeccionará los alrededores del pueblo para ver si pueden detectar actividad sospechosa.

Durante el reconocimiento (que como dice Julián parece el escenario clásico de película en la que están a punto de ser atacados), a uno de los soldados se le disparará el arma con los nervios y eso será el detonante para que los Filipinos ataquen y el grupo de españoles tenga que batirse en retirada a toda velocidad, regresando al pueblo, donde se parapetarán dentro de la iglesia.

Mientras tanto en Madrid, Amelia ha visto la llamada de un número desconocido (que averiguarán gracias al registro de llamadas que se corresponde con el que Salvador sacó del almacén del ministerio para Julián) y al intentar llamarle le ha saltado un mensaje muy extraño: "El teléfono no se encuentra actualmente en territorio español". Es por eso que va a hablar con Irene para contárselo y ésta oliéndose que puede tratarse de Julián y que puede estar en problemas, organiza un gabinete de crísis improvisado con Ernesto y Salvador para intentar averiguar qué está pasando.

De esta forma, averiguan que la llamada se hizo el 11 de junio de 1898 justo un día antes de que Filipinas se independizará de España, lo que cuadra con que cuando Amelia le llamó el teléfono ya no se encontrara en territorio español. En resumen, el futuro de Julián pinta muy, muy chungo.

El final del capítulo de esta semana se corresponde con un plano precioso de la iglesia donde se han parapetado los soldados españoles en Baler y cuya suerte veremos en el próximo episodio (aunque cortesía de la wikipedia y de los "Archivos del Ministerio", ya sabemos lo que pasará).

El episodio me ha gustado, a pesar de ser un tanto lento (lógico siendo una primera parte), de que Julián (que no es mi personaje favorito ni de lejos) ha tenido excesivo protagonismo y de que se les ha ido un poco la mano con tanto amorío para arriba y para abajo (lo siento pero no me creo que a Julián ahora le haya dado por pensar en Amelia cuando siempre ha pasado bastante de ella desde el punto de vista romántico).

Sin embargo, me ha encantado la temática del episodio y la ambientación y los actores de la trama de Filipinas. Sigo diciendo que para el presupuesto que manejan, esta serie hace unas cosas muy dignas desde el punto de vista estético y también se las apaña para conseguir a unos actores muy buenos para encarnar a los personajes episódicos (en este capítulo hemos tenido a Juan José Ballesta, Jordi Vilches, Pedro Alonso, Alberto Jiménez, Paco Marín..)

El final del episodio me ha dejado con muchas ganas de ver el siguiente (sobre todo después de leer en la wikipedia lo que pasó allí realmente) porque pinta muy, muy épico y tengo mucha curiosidad por ver cómo lo plantean y hasta donde les ha llegado el presupuesto para llevarlo a cabo.

En cuanto a las tramas del ministerio, me parece muy bien que nos cuenten algo más de la vida de Ernesto, aunque lo del hijo secreto me resulta un tanto culebrónico. Me gusta ver a Angustias implicada en esta trama y que Ernesto no le diga nada a Irene (a ver maja, tienes el record guiness de cambios de bando, normal que la gente no se quiera sincerar contigo).

Salvador en modo pelota de los auditores ha sido lo más grande. Hay que ver cómo se echaba de menos a Salvador dirigiendo el cotarro y también sus frases (que son de lo más mítico de esta serie siempre).

Alonso sigue siendo el mejor (por mucho que mole Pacino, Alonso es Alonso). Toda la subtrama de él siendo detenido en la manifestación anti desahucios por entrar en modo carga de los tercios de Flandes contra los policías para defender a la ancianita y a Elena (Blanca 2.0) y una vez detenido mandando volar a los policías ha sido epiquísimo (pero qué narices, es que Alonso es epiquísimo).

Por cierto, me reafirmo en que Alonso y Blanca (en cualquier época) tienen mucha más química y resultan más creíbles que Julián y Maite. De todos modos, veremos por dónde nos salen los guionistas con eso de que Elena sea clavada a Blanca, porque puede ser descendiente suya y entonces existe una alta probabilidad de que esté relacionada con Alonso y si éste tiene algo con ella puede resultar muy raro.

En cuanto al triángulo amoroso, pues sinceramente no lo veo. Para empezar no entiendo que Pacino esté interesado en Amelia cuando ésta es guapa e inteligente si, pero también bastante rancia y una intensa de la vida (ahora que lo pienso, en esto se parece mucho a Julián. Si al final terminan juntos, tendrán unos niños tremendamente intensos).

Y que Amelia esté tan obsesionada con Julián (que no olvidemos que se ha portado fatal tanto con Alonso como con ella, largándose sin siquiera despedirse) no me gusta nada. Las escenas paralelas de las miradas al teléfono y/o las fotos intentando decidir si llamar o no con música romántica de fondo incorporada me han sobrado un poco. Y eso que yo soy una romántica patológica y shippeo en todas las series (incluso a más de una pareja) pero aquí lo están desarrollando fatal y les está quedando muy poco creíble.

Además, Amelia en modo intenso es igual de cansina que Julián. Hoy se me ha hecho bastante pesadita (y no es la primera vez que me pasa esta temporada).

Lo mejor de las escenas románticas de hoy ha sido sin duda el intento de seducción frustrada de Pacino (cortesía de Alonso), en el que a Pacino daban ganas de darle un abrazo y a Amelia una colleja para que espabile, se olvide del intenso de Julián y vea lo que tiene delante. Además, también me gusta como Pacino consigue a arrastrar a Amelia en alguno de sus planes improvisados y hace que se relaje de vez en cuando.

De todas formas, algo que me ha molestado un poco ha sido que todos los momentos en los que Julián se acordaba de sus compañeros era sólamente de Amelia y a Alonso no se le ha visto echarle nada de menos. Con lo que mola la dinámica Alonso/Pacino, que ni se molesten en establecer una conexión entre Julián y Alonso, va a hacer que echemos aún más de menos a Pacino, ya no sólo por lo carismático que es y el punto de humor que aporta, sino porque con él se va uno de los mejores aspectos de esta temporada, el piso de solteros de Alonso y Pacino.

En otro orden de cosas, yo sigo con mi campaña, ¡Pacino, quédate!.  Estoy totalmente desolada ante el hecho de que ya no le queda nada para irse. Que conste que no tengo nada en contra de Rodolfo Sancho (que me cae muy bien cuando le veo en entrevistas), pero es que Julián es agotador y tan pero tan triste... De todas formas, no creo que sean incompatibles. Pueden tener a Pacino molando mil con Alonso mientras Julián y Amelia se intensifican juntos por los rincones.

Y en el avance vemos que la vida familiar de los padres de Pacino no parece nada buena. De hecho su madre (Pastora Vega), le dice que se quiere divorciar, hecho que parece traumatizar a Pacino y que puede ser el desencadenante de su marcha de la serie (*insertar lloro por pérdida de Pacino).

Aunque la parte de Filipinas, el Gabinete de crísis de Salvador/Irene/Ernesto para rescatar a Julián y que parece que van a mandar a Alonso en modo Rambo a sacarle de allí, pintan muy, muy, MUY, bien.


MEJORES FRASES/MOMENTOS

• Alonso en metiéndose en la manifestación de la PAH y peleándose con todo policía que se le pusiera por delante (especial mención al policía volando por los aires justo cuando Blanca 2.0 le decía que no opusiera resistencia).
• Pacino intentando ligar con Amelia y Alonso frustrando su plan sin enterarse de nada. Muy grandes los caretos de Pacino, la absoluta incomprensión de Alonso ante lo que Pacino quería decirle y el momento de Pacino enviado a hacer palomitas.
• Las lamentables técnicas de ligue de Pacino que sin embargo parecen resultarle bastante bien.
• Julián diciendo que le había visto hacer la técnica de las bujías a un eminente médico americano, el doctor House. En ese momento me ha venido a la cabeza la imagen de Julián el intenso como minion esclavizado del doctor House compartiendo penas con Chase y Cameron. Si, hubiera pegado en el grupo, las cosas como son.
• La cara de circunstancias de Julián cuando el compañero que le lleva hasta Baler le enseña la foto de su novia (que no es demasiado agraciada, las cosas como son).
• Los soldados de Baler contándole sus vidas a Julián para que les escribiera las cartas a sus familiares con mención especial al cocinero de El Prat de Llobregat de Jordi Vilches.
• Ernesto preguntándole a Angustias si había leído la carta en la que le informaban de que tenía un hijo secreto y ésta con cara de circunstancias en plan lo he leído todo, qué le vamos a hacer. Muy fan de la velocidad de lectura de Angustias, porque ha sido echarle un vistazo y enterarse de todo. Angustias es la Speedy González lectora del gremio de secretarias.
• La funcionaria random quejándose de que en España se le de más importancia a los futbolistas que a los médicos y el comentario de su compañero acerca de que eso no es del todo exacto, acordándose de Cardeñosa.
• La mención a Miguel de Unamuno y su "Decíamos ayer..", con explicación de la cita incluyendo a Fray Luis de León (y su propio "Y decíamos ayer") y la indignación de Amelia con Alonso y Pacino por no saber apreciar el momento tan importante que habían vivido. Amelia en modo iracundo porque alguien no aprecie un momento histórico/literario importante es lo más. Le ha faltado levantarse y pegarle una colleja a cada uno.
• Velázquez haciendo dibujitos en todo papel que se encuentra. Por cierto, ¿dónde andaba Velázquez en este episodio? ¡Velazquez te echamos de menos!

Las audiencias esta semana se han mantenido en su línea (entre el 12 y l 3 por ciento). El Ministerio no tendrá un público muy numeroso pero está demostrando ser tremendamente fiel y además hay que tener en cuenta que mucha, mucha, MUCHISIMA gente lo ve en diferido en la maravilla de web que tiene Radio Televisión Española.

Veremos la semana que viene, que en Antena 3 estrenan "Top Dance" y supongo que Telecinco se sacará algo de la manga para contrarrestarlo ("La que se avecina" o la enésima noche semanal de Gran Hermano). Espero que no se vea demasiado afectado.

LO MEJOR: La trama de Alonso y la manifestación, Alonso estropeándole la noche romántica a Pacino, la temática del episodio

LO PEOR: Que Julián esté exactamente igual que cuando se marchó, que nos intenten vender ahora que Julián puede estar interesado en Amelia románticamente cuando siempre ha pasado eones de ella en ese sentido, lo lento que ha sido el episodio posiblemente debido a que se ha tratado de una primera parte muy introductoria

PUNTUACIÓN: 9/10