(contiene spoilers)
El episodio de esta semana ha estado prácticamente basado en Sweets y en su decisión de abandonar el FBI para dedicarse a ayudar a la gente como psicólogo.
A pesar de que le cueste admitirlo, Booth echa de menos a Sweets y va a buscarlo al Centro Social donde está trabajando ahora para ver cómo está y preguntarle si le parecería bien que le consultara si el caso en el que esté trabajando lo requiere.
Sweets acepta y, muy a su pesar, se ve involucrado de nuevo en las investigaciones del FBI antes de lo que habría podido imaginar.
Booth y Brennan tienen un caso relacionado con bandas. La víctima de la semana estaba especializado en asesinar a quien fuera que su banda quisiera ver muerto. Su mote "el carnicero", lo dice todo.
Todo la parte de las bandas y el caso no me ha convencido mucho, sobre todo la participación del niño en el asesinato (algo que se veia venir a la legua).
El episodio no ha sido especialmente entretenido. Se ha hecho un poco lento y pesado.
La única parte destacable ha sido todo lo relativo a la decisión de Booth de cambiar de vida y de cómo esto afecta al resto del grupo (me ha gustado mucho Booth llamándole el hermano pequeño que nunca quiso pero que ahora no quería perder).
No me ha parecido coherente que no mencionaran nada de los problemas legales de Cam en los que incidieron tanto el episodio pasado. Le quita a la serie sensación de continuidad.
LO MEJOR: John Francis Daley, la relación Booth/Sweets
LO PEOR: El caso de la semana ha sido aburridísimo
PUNTUACIÓN: 7/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario