(contiene spoilers)
Buen episodio de "Modern Family", a pesar de que se haya vuelto a demostrar que algunos personajes son un poco lo peor. Sirva como ejemplo el comportamiento de los Dunphy al completo con respecto a Alex y su enfermedad.
En otro orden de cosas, Ty Burrell sigue siendo lo mejor de esta serie de largo.
En este episodio tenemos por un lado la trama de los Dunphy, que en realidad agrupa cinco mini tramas que van a todas a confluir al mismo punto: Alex está enferma de mononucleosis y no puede ir a la facultad.
La presencia de Alex en la casa sirve para que Claire se pueda sentir mejor al tener a alguien más aguafiestas que ella en casa (la pobre Alex está de un humor de perros) y no ser la reina de los aguafiestas allí también como lo es en la oficina. Claire es otra que hace oposiciones a peor madre ever, por lo menos con respecto a Alex.
Por otro lado, a Luke le viene estupendamente la presencia en casa de Alex ya que de esta forma puede acceder a su ordenador, copiarle los trabajos que ella hizo durante su último año en el instituto y evitarse hacer los deberes (algo que es ahora incluso más importante para él porque ha empezado a trabajar en el club al que pertenece Jay y su madre le ha amenazado con no dejarle como empeoren, aún más, sus notas).
También Phil está encantado con que Alex se quede una temporada con ellos, ya que él en cierto modo también la está utilizando (muy mal por Phil, que hasta ahora parecía ser el único de esa familia que se preocupaba de verdad por Alex). Resulta que durante un día de puertas abiertas en una de las casas que Phil estaba intentando vender, se había quedado encerrado en un armario, pasando 18 horas en él hasta que la familia a la pertenecía la casa había vuelto a la misma y le había liberado.
Esto le ha provocado stress post traumático y para él resulta terapeútico acariciar a Alex, casi como si ésta fuera un perro. De hecho, hasta "la pasea".
Hailey sin embargo es la única de la familia que quiere a Alex de vuelta en la universidad, aunque por supuesto por razones egoistas, no fuera a cambiar la tradición de los Dunphy de pensar en ellos mismos y sus circunstancias. Resulta que Hailey ha perdido su trabajo y no ha sido capaz de decírselo a sus padres y teme que su hermana se de cuenta y Claire y Phil se terminen enterando.
Lógicamente, Alex al final se enterará de todo y querrá irse a la universidad, enferma y todo, aunque finalmente tendrá que quedarse al estar demasiado enferma para poder ir.
En otro orden de cosas, Mitch y Cam se congratulan y felicitan a ellos mismos porque Lily tenga una mente tan abierta, al tener como compañero de juegos a un niño que nació niña y al que sus otros compañeros se lo hacen pasar mal en el colegio.
Sin embargo, todo su orgullo se irá al traste cuando escuchen a Lily llamar raro a su amigo y no les quede más remedio que regañarle por ello y pensar que quizá Lily no tenga una mente tan abierta como ellos habían pensado.
Lily en principio aceptará la regañina aunque les terminará confesando que llamó raro a su amigo porque éste a su vez llamó raros a sus padres por el mural de ellos en plan capilla sixtina de Miguel Angel que hay en el cuarto de Lily.
Lily no queria decírselo a sus padres para que no se deprimieran pero cuando éstos la animan a decirles las cosas, les gusten o no, Lily les terminará confesando que a ella tampoco le gusta especialmente el mural y éste por fin pasará a mejor vida, aunque antes de que lo pinten, Lily le ha hecho una foto y la ha puesto en su habitación, algo que emociona bastante a sus padres.
Por otro lado, Jay se pasa todo el episodio agobiado porque unos nuevos vecinos negros se han mudado a la casa de enfrente justo el día en el que él había mandado que le pusieran cámaras de seguridad. Jay no quiere que piensen que es racista por lo que llama a un amigo suyo negro para que le vean con él y posteriormente irá a presentarse a los vecinos para intentar hacerse amigo suyo. Eso si, como suele pasar en esta serie, la situación terminará siendo un tanto raruna y el vecino flipará en pepinillos con Jay.
Además, tenemos a Manny que ha decidido hacerse comunista para impresionar a una chica a la que había conocido en una boda y a Joe queriendo vivir como Mowgli en el libro de la selva, algo que Gloria lógicamente no le dejará hacer y por lo que él niño se enfadará mucho, mucho.
El episodio ha estado bien, aunque no deja de sorprenderme lo absolutamente desagradables que resultan todos los Dunphy siempre con Alex. Vale que no es que ella sea la alegría de la huerta, pero la pobre estaba enferma y a todos los miembros de su familia parecía importarles un pimiento siempre y cuando les pudiera servir para su propio beneficio.
Siguiendo con la trama de los Dunphy, lo mejor ha sido la parte de Phil, el armario y el trauma posterior. Ty Burrell es muy, muy buen actor y sobre todo, muy gracioso y suele ser, casi siempre, lo mejor de cada episodio.
La trama de Mitch y Cam ha estado muy, muy bien Tanto ellos como Lily me han caido mejor que de costumbre y me ha gustado mucho cómo Jay les ha hecho ver a Cam y Mitch que no son tan estupendos y tolerantes como ellos mismos se creen. El detalle final de la foto del horroroso mural ha sido muy bonito.
En cuanto a Jay, pues su trama ha sido un tanto sosa en este episodio y Gloria ha ejercido nuevamente de florero parlante, lo que no mola porque me parece fatal desaprovechar así a Sofia Vergara.
LO MEJOR: Lo gracioso que es Ty Burrell, la trama de Mitch, Cam y Lily
LO PEOR: Lo petardos que son todos los Dunphy con Alex
PUNTUACIÓN: 9/10
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