CARLOS REY EMPERADOR 1X03 O CESAR, O NADA

(contiene spoilers)

Buen capítulo de Carlos Rey Emperador. Desde mi punto de vista, el mejor de los tres emitidos. La serie ha empezado a fluir mejor y a coger ritmo (algo que necesitaba como agua de mayo). Eso si, por muy bien que esté Jose Luis García Pérez (que lo está y mucho), la trama de Hernán Cortés sigue sobrando bastante.

En este episodio, por si no teníamos suficiente con las tres tramas que ya nos habían presentado (la española, la francesa y Hernán Cortés), entran en juego las cortes portuguesa, inglesa y el Vaticano.

Definitivamante la serie se ha convertido en una versión española, y basada en hechos reales, de Juego de Tronos. Aunque Carlos Rey Emperador debería seguir el ejemplo de la serie americana y no intentar meter todas y cada una de las tramas en un mismo capítulo porque la cosa queda pelín caótica.

En España, los problemas no paran de presentársele a Carlos (aunque hay que reconocer que la mayoría se los busca él solito). Germana le comunica que está embarazada, algo que le parece una catástrofe a Chiêvres y Adriano (lógico, lo de tomar como amante a tu abuelastra queda mal pero lo de dejarla embarazada queda aún peor). Si en Castilla y Aragón se enteran de esto, se podría poner en peligro su corona (y de paso el  dinero que necesitan para que a Carlos le nombren emperador, algo con lo que parecen bastante obsesionados).

Sin embargo, Carlos no sólo se empecina en seguir con Germana sino que se niega a casarse con su prima Isabel de Portugal, algo que no sienta nada bien al padre de ésta, ni a los consejeros de Carlos. Manuel de Portugal es el monarca más rico de Europa y necesitan su dinero para que a Carlos le nombren emperador (el tema recurrente del episodio). Pero Isabel le dice a su padre que no se preocupe, ella se casará con Carlos. Está segura de ello. De esta forma se cumplirá el sueño de sus abuelos los Reyes Católicos de unificar la península ibérica bajo un mismo monarca.

De todos modos Carlos,  para no desairar demasiado al rey de Portugal, le propone que se case con su hermana Leonor, algo que a ésta no le hace ninguna gracia (entre otras cosas porque Manuel es un anciano y ella está enamorada de otro). Antes de partir hacia Portugal, Leonor le recrimina a Carlos su comportamiento no sólo con ella sino también con sus hermanos Catalina y Fernando, además de decirle que le odia.

Como Chièvres y Adriano están horrorizados con la obsesión de Carlos por Germana, deciden escribir a Margarita de Austria para que convenza a su sobrino Carlos de que lo mejor sería dejarla. Margarita (que por otro lado está encantada con su sobrino Fernando, cada vez más adaptado en Flandes), se pone enseguida manos a la obra y no sólo escribe a su sobrino sino que además le manda a uno de sus consejeros más fieles, Mercurino Gattinara, para que controle los desmanes de Chièvres.

Gattinara, un estadista sin las ambiciones personales de Chèvres, enseguida se hace con la confianza de Carlos, que le nombra su canciller en detrimento de Chiêvres.

En otro orden de cosas, en Aragón no están nada contentos con Carlos, llegando incluso a darse revueltas durante su visita para solicitar dinero a las Cortes. Esto lo aprovecharán para mostrarnos que los nobles castellanos siguen enfadadísimos y les queda medio telediario para sublevarse (La Revuelta de los Comuneros is coming).

Finalmente, no llegará la sangre al río en Aragón porque Carlos, siguiendo los consejos de Germana, se termina ganando a su medio tío (hijo bastardo de Fernando el Católico), el arzobispo de Zaragoza, con la promesa de que, si muere sin descendencia, será su hermano Fernando quien herede el reino.

Sin embargo, para Chièvres no está todo perdido porque intercepta una carta que Catalina de Inglaterra, tía de Carlos, le ha escrito a su sobrino, acerca de una conspiración que está llevando a cabo el cardenal Wolsey, consejero de su marido Enrique VIII, para que cuando el emperador Maximiliano fallezca (algo que parece que puede ocurrir en cualquier momento) sea Francisco I de Francia quien sea designado emperador.

Chièvres va a Inglaterra (una misión en principio destinada a Adriano) para entrevistarse con Wolsey e intentar convencerle de que es mejor tanto para Inglaterra como para él que Carlos sea designado como nuevo emperador. Si esto sucede, él se encargará personalmente de que le nombren Papa (algo que también le había prometido Francisco que por cierto, peca de soberbio al ni siquiera plantearse que Carlos pueda disputarle ser emperador).

Pero el que no tiene nada claro a quien se va a designar emperador es el propio Papa al que ninguno de los dos candidatos entusiasma en absoluto, algo que le hace saber personalmente a Chièvres cuando va a entrevistarse con él.

Por otro lado, la influencia de Gattinara termina haciendo posible que, una vez que nace Isabel, la hija de Germana, Carlos decida casarla con un marqués alemán, hermano de uno de los príncipes electores del próximo emperador. Germana acepta la noticia estoicamente, diciéndole a Carlos que cada vez se parece más a su abuelo Fernando.

El episodio termina con Carlos escribiendo una carta a todos los príncipes electores tras el fallecimiento de su abuelo, solicitando ser nombrado emperador.

En otro orden de cosas, en la trama que no pega ni con cola en esta serie, vemos como Hernán Cortés, utilizando a su esposa Catalina y al sobrino descontento del gobernador Diego Velázquez, se las apaña para distraer lo suficiente al gobernador para poder partir a la expedición que lleva soñando con hacer desde el primer episodio.

En paralelo vemos como un indígena encuentra una espada española procedente de un naufragio, algo le llama mucho la atención tanto a él como a su rey.

El episodio me ha gustado bastante. Para mi, el más entretenido desde que ha empezado la serie. Por fin, la trama se mueve. Todo lo relacionado con la elección del emperador me parece muy interesante y la inclusión de Enrique VIII promete darnos grandes momentos (ya se le ve apuntando maneras).

No me deja de llamar la atención la lealtad de toda la prole de los Reyes Católicos. Para Catalina, su familia y el que su sobrino sea Emperador está casi por encima de los intereses de Inglaterra (aunque en esta ocasión le estuviera dando un buen consejo a su marido). A Isabel, no le importa esperar lo que sea para casarse con Carlos y cumplir el sueño de sus abuelos..

Blanca Suárez de momento ha salido poquito pero pinta bien. Esperemos a ver cómo se desarrolla el personaje en próximos episodios.

Eso si, los guionistas deberían haber visto más Juego de Tronos para comprender que menos es más y que no es necesario mostrarnos las siete tramas en todos los episodios porque uno termina perdiéndose. De ahí que me sobre tanto la trama de Hernán Cortés.

Definitivamente no me gusta Alvaro Cervantes en el papel. Ni cuando hace de Carlos dubitativo ni cuando se convierte ya en el Carlos Rey. No le veo ningún empaque y me resulta poco natural. La escena entre él y Marina Salas durante la cual Carlos y Leonor discuten me ha parecido entre mala y peor. Además, que en una serie repleta de buenos actores a los que van justitos (Marina Salas, Eric Balbás, el propio Cervantes), se les nota mucho más.

La trama de Hernán Cortés es buena y si estuviera en otra serie o fuera una serie en si misma quedaría muy bien pero aquí no pega nada y es una pena porque Jose Luis García Pérez es posiblemente junto a Alfonso Bassave, uno de los actores que mejor interpretan sus papeles de la serie.

LO MEJOR: La trama se empieza a poner interesante y el ritmo de la serie ha aumentado

LO PEOR: Alvaro Cervantes no me termina de convencer como protagonista

PUNTUACIÓN: 8/10