miércoles, 1 de julio de 2015

BONES 10X18 THE VERDICT IN THE VICTIMS



(contiene spoilers)

Buen episodio de Bones, que funciona más o menos como continuación del episodio 13 de esta misma temporada ya que nos presentan las horas previas a la ejecución del asesino al que el equipo detuvo en ese episodio, Alex Rockwell.

Sin embargo, hay algo que a Brennan no le cuadra en el caso por lo que decide revisar las pruebas una vez más.

Al hombre que se encuentra en el corredor de la muerte se le achacan tres asesinatos y se sospecha que fue el autor de un cuarto con el que no se le pudo relacionar. Pues bien, examinando el cuerpo de este cuarto hombre Brennan descubre algo que no encaja. El supuesto asesino no hubiera podido matarle debido a una lesión anterior que le hubiera impedido ejercer la suficiente fuerza con el cuchillo.

La ejecución se acerca y Brennan, Booth y Caroline van a ver a la jueza para presentarle sus hallazgos y que pare la ejecución. Sin embargo la jueza espera obtener un puesto político y este caso sería su gran presentación por lo que no está nada por la labor de detener la ejecución a menos que le presenten pruebas concluyentes.

Esto hace que el equipo comience una frenética carrera para localizar las pruebas necesarias para exculpar a Rockwell.

Para ello, Brennan y el becario de la semana Fuentes (que me ha resultado bastante menos cargante que de costumbre) reexaminan todos los huesos de las víctimas atribuidas a Rockwell y Booth y Aubrey vuelven, una vez más a entrevistar a los sospechosos, entre ellos a uno de los compañeros de trabajo de Rockwell, Thomas Saltz, que insiste en que él no pudo haber cometido el último crimen ya que se encontraba en una reunión de narcóticos anónimos.

Mientras tanto, el antiguo jefe de Rockwell, Roger Flender, conocido por darle a ex convictos segundas oportunidades, se presenta ante Booth y Aubrey para ofrecerse a ser considerado sospechoso y así detener la ejecución de Rockwell. Sin embargo el equipo no toma en consideración su ofrecimiento.

Durante la investigación Brennan recuerda algo que le dijo Sweets. Un asesino en serie mata compulsivamente y no puede dejar de matar cada cierto tiempo.

Las anteriores víctimas de Rockwell habían muerto con tres o cuatro meses de diferencia y Rockwell llevaba más o menos ese tiempo en la cárcel. Si el equipo encontrara una nueva víctima cuyo patrón de asesinato coincidiera con los crímenes supuestamente cometidos por Rockwell, se demostraría que él es inocente.

Para ello, Angela consigue delimitar una zona en la que el asesino podría haber encontrado un lugar similar al que utilizó en sus anteriores crímenes para matar a sus posibles futuras víctimas.

De esta forma, el equipo encuentra un nuevo cuerpo que presenta heridas similares a las infligidas en anteriores víctimas del asesino. Sin embargo, en este caso hay una diferencia. Se trata de una mujer.

Caroline habla con la juez para presentarle las nuevas pruebas, pero ésta le vuelve a decir que necesita algo más sólido.

Mientras tanto el equipo identifica a la víctima, una mujer con un amplio historial delictivo y que coincidía en las reuniones de narcóticos anónimos con Thomas Saltz, por lo que las sospechas vuelven a recaer en este.

Thomas vuelve a declararse inocente aunque admite conocer a la víctima, que además intentaba convencerle para volver a consumir. Esto evidentemente no deja a Saltz en una buena posición frente a la policía.

Por otro lado, Bones y Fuentes consiguen identificar un patrón en las heridas de las cinco víctimas. Una especie de triángulo dentro de un círculo.

En paralelo, Angela consigue encontrar algo que tienen en común todas las víctimas: su conexión con Roger Flender.

Resulta que la primera víctima, a la que no podían asociar al asesino, había sido indirectamente responsable de la muerte por sobredósis del sobrino de Flender y esto habría desencadenado sus tendencias homicidas.

Booth, Aubrey y Caroline van a casa de Flender a efectuar un registro mientras el resto del equipo intenta identificar el arma con la que se pudieron realizar los cortes que han encontrado en todas las víctimas.

En un momento dado, Brennan se da cuenta de que el arma utilizada por Flender había sido un compás en un intento de marcar a sus víctimas como sacrificios realizados en honor a Dios. Flender se creía una especie de emisario divino que se encargaba de ajusticiar a todo aquel que quisiera destruir la obra que Dios le había encargado y que consistía en reinsertar a presos.

Todo este proceso de identificación de las marcas y de búsqueda en casa de Flender lo hace el equipo a contrarreloj ya que Rockwell está ya literalmente en la camilla para que le sea aplicada la inyección letal.

Finalmente, Booth encuentra detrás de unos ladrillos sueltos el compás y por fin tienen la prueba necesaria para que la jueza ordene detener la ejecución y se puede detener y acusar a Flender.

Por otro lado, nos enteramos de que Angela ha estado mirando casas en París. Está harta de trabajar rodeada de problemas y de peligros. Le gustaría irse con Hodgins y su hijo a vivir a París, para trabajar como pintora mientras Hodgins da clases en la Soborna.

Esto a Hodgins le suena un poco a chino cuando Angela se lo cuenta pero una vez finiquitado el caso, Hodgins empieza a ver la parte positiva de lo que propone Angela y le muestra una búsqueda de casas que él ha hecho por su cuenta.

El episodio me ha gustado porque nos ha mantenido en tensión hasta el final, aunque el asesino era bastante evidente desde un principio. De hecho, Flender ya tenia bastante pinta de ser el asesino en el episodio 13 y que resultara ser Rockwell fue el verdadero giro inesperado de ese episodio.

Por eso, el guión ha estado un poco cogido por los pelos y todo, desde que a Brennan le diera por revisar los casos a que milagrosamente encontraran las marcas que en un principio se les habían pasado les ha quedado un tanto forzado.

Eso si,  me ha gustado mucho que recordaran algo que Sweets siempre les decía para dar con la clave del caso.

La subtrama de Angela y Hodgins me ha parecido bastante coherente. De hecho, lo raro es que no les diera por pensar esto mismo antes, con la cantidad de cosas que les han pasado a los pobres.

LO MEJOR: La tensión del episodio

LO PEOR. El guión estaba un poco cogido por los pelos

PUNTUACIÓN: 7/10

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