domingo, 6 de marzo de 2016

ELEMENTARY 4X13 A STUDY IN CHARLOTTE



(contiene spoilers)

Muy buen episodio de Elementary, con un caso de la semana muy interesante y una trama secundaria entretenida y muy bien llevada.

El caso de la semana se centra en la muerte de un prestigioso profesor de psicología llamado Joe Ballantine junto con un grupo de estudiantes mientras llevaban a cabo una especie de ritual en el que se ingería una bebida preparada con unos hongos alucinógenos con el objetivo de que sus alumnos pudieran expandir su mente tal y como él les enseñaba en sus clases.  Este ritual lo realizaba el profesor cada año con sus alumnos. El informe forense da como resultado que los hongos estaban envenenados.

El primer sospechoso de la policía es un colega del profesor fallecido, el profesor Alstom Harper, ya que se rumorea que ambos tenían problemas y que incluso el fallecido había eliminado el nombre de Harper del último libro que habían escrito de forma conjunta.

Sin embargo, Harper niega tener una mala relación con Ballantine y les explica que fue él mismo el que le pidió que eliminara su nombre del libro.

Como su coartada en principio es verificada, Harper deja de ser el sospechoso principal y la policía debe abrir nuevas vías de investigación, algo que les facilita Sherlock al deducir que posiblemente la persona que le proporcionó los hongos a Ballantine sea quien está detrás de su asesinato.

Por ello, una vez que identifican a una antigua estudiante de Ballantine, bioquímica, como la persona que le proporcionaba a Ballantine los hongos, ésta pasa a ser considerada la principal sospechosa del caso.

Sin embargo, cuando Sherlock y Joan van a verla, nadie les abre la puerta a pesar de que las luces están encendidas. Joan prefiere esperar a la policía pero Sherlock no hace más que repetir que huele mucho a hongos, mientras fuerza la puerta para horror de Joan.

Una vez dentro, vemos que Sherlock tenía razón y que, efectivamente, olía mucho a hongos, ya que encuentran a la chica, muerta en el suelo de su laboratorio y cubierta de hongos.

La autopsia revela que la causa de la muerte es la misma que la del profesor Ballantine y sus alumnos, los hongos envenenados. El que crecieran hongos encima suyo se debió a que al caer al suelo, debido a los hongos envenenados, la chica tiró un frasco de otros hongos, las esporas de éstos se dispersaron sobre su cuerpo y les dio tiempo a crecer antes de que fuera descubierta.

Esta nueva víctima hace que el caso de un giro y Sherlock y la policía empiecen a pensar que el profesor Ballantine y sus alumnos fueron daños colaterales y que el verdadero objetivo del asesino era la chica.

A lo largo de la investigación se descubre que la chica y su nuevo novio tenían un negocio ilegal de fabricación de píldoras de viagra que vendían a una farmacia. Sin embargo, no constaban registros de los pagos porque la chica le había dicho al farmaceútico que no le diera dinero sino que comprara una serie de inmuebles en los que ella estaba interesada. El farmaceútico no entendía mucho ésto para tampoco le dio muchas vueltas e hizo lo que le dijo la chica.

En paralelo, el equipo descubre que la chica tenía un pleito con una gran compañía farmacéutica en la que había trabajado y a la que acusaba de haberse quedado con una idea suya. Y justamente, los inmuebles que le había pedido al farmaceútico que comprara se encontraban entre tres instalaciones de dicha compañía, que le impedirían a ésta expandirse y al crecer terminarían siendo consideradas una única instalación con el consiguiente aumento en impuestos que esto les provocaría. La chica le había pedido quince millones de dólares a la farmaceútica para venderles los edificios.

Esto hace que la compañía pase a ser automáticamente el siguiente sospechoso del caso, aunque, después de revisar toda la documentación que les entrega la representante de la compañía (y que es interpretada por Sarita Chodhouri, aka la mujer de Saul en Homeland), Sherlock llega a la conclusión de que por quince millones de dólares, que además tenía dentro de su fondo de provisiones, la compañía farmaceútica no iba a encargar un asesinato.

Finalmente, el caso dará un nuevo giro y gracias a unos tatuajes en el cuerpo de la chica, se descubre que el profesor Harper (el primer sospechoso descartado), durante una noche de borrachera se había casado con la victima (que también había sido estudiante suya).

Durante años la chica, que todavía seguía enamorada de él, se había negado a darle el divorcio pero tras haber conocido a su actual novio y ante la perspectiva de recibir los quince millones de dólares de la compañía farmaceútica, había decidido por fin darle el divorcio.

Sin embargo entonces Harper decidió ejecutar su propia venganza contra la chica ya que al seguir todavía casados, a la muerte de la chica la titularidad de los edificios pasaría automáticamente a él y podría cobrar los quince millones de dólares de la compañía farmaceútica. Sherlock tenia razón, Ballantine y sus alumnos habían sido daños colaterales.

En otro orden de cosas, Joan está muy enfadada porque sus nuevos vecinos no paran de hacer ruido impidiéndola dormir (Sherlock no tiene ese problema porque se pone los cascos con música a todo volumen mientras hace alguno de sus experimentos rarunos).

Al ir a pedirles explicaciones, Joan se entera de que es una casa que se alquila por días por lo que los vecinos van cambiando de forma regular.

Por esto, Joan termina yendo a ver al propietario, un florista de la zona que le cuenta a Joan que, debido a los experimentos y rarezas de Sherlock, se tuvo que mudar del edificio y alquilarlo de esta forma. Además, el hombre está dolido porque Sherlock no respondió a ninguno de sus correos.

Cuando Joan le cuenta todo esto a Sherlock, éste le dice que el vecino fue a presentarse cuando él estaba en su peor momento de adicciones y no quería que nadie le molestara, por lo que el correo que le dio era falso y por ello no pudo responder a ninguno de sus correos.

Misteriosamente, unos días después, el edificio del florista sufre un incendio por el que la compañía de seguros se niega a pagarle ya que el alquiler de edificios por días no estaba cubierto en su póliza.

Después de descartar que Sherlock tuviera algo que ver con el incendio (algo lógico conociendo a Sherlock), Joan termina descubriendo que el fuego fue provocado por un electricista contratado por el dueño de un hotel cercano al que negocios como el del florista estaban quitándole su clientela.

Cuando Joan va a la floristería a explicarle al hombre todo esto, le sugiere que vuelva a ir a vivir al edificio en lugar de proseguir con el negocio de alquileres por días, prometiéndole que ellos correrán con los gastos de insonorizar el edificio para que los experimentos de Sherlock no le molesten.

El episodio me ha gustado mucho, tanto el caso de la semana, que me ha parecido realmente interesante y bien llevado, como la trama secundaria del florista.

El caso ha estado muy bien construido y me ha resultado muy entretenido. Además, en esta ocasión, a pesar de los múltiples giros,  ha resultado menos confuso que en otros episodios, principalmente porque el asesino ha sido uno de los primeros sospechosos y no alguien al que se han sacado de la manga en los últimos diez minutos. Vamos, que el asesino ha resultado verosímil, no como en otros episodios que uno se queda un poco con cara de bueno, vale.

La trama secundaria entre Joan y el florista me ha gustado mucho, tanto en su desarrollo como en su desenlace. Joan ha estado sensacional con todo este asunto. Espero ver en próximos episodios al nuevo vecino porque pinta a personaje interesante y entretenido de ver y quiero verle ya interaccionar con Sherlock.

LO MEJOR: Muy buen episodio en líneas generales

LO PEOR: Que al estar muy centrado en el caso de la semana no se ha avanzado en ninguna de las tramas principales abiertas.

PUNTUACION: 9.5/10

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