martes, 10 de mayo de 2016

EL MINISTERIO DEL TIEMPO 2X11 TIEMPO DE LO OCULTO



(contiene spoilers)

Episodio muy bizarro de "El Ministerio del Tiempo" esta semana,  un poco lento al principio pero con una última media hora desternillante, como no podía ser de otra manera teniendo en cuenta que lo han escrito Borja Cobeaga y Diego San José, guionistas de "Ocho apellidos vascos" y lo ha dirigido Javier Ruiz Caldera, uno de los mejores directores de comedia de este país (Spanish Movie, Tres Bodas de más, Promoción Fantasma, Anacleto Agente Secreto).

Eso si, o se le ama o se le odia porque con este tipo de episodios no hay término medio.

En el episodio nos presentan a Lombardi (Roberto Drago), una suerte de Iker Jiménez que, ocho años atrás, tenía un programa de misterio al estilo Cuarto Milenio llamado "Tiempo de lo oculto".

El programa tenía bastante éxito pero fue cancelado cuando Lombardi descubrió, de forma fortuita, la existencia del ministerio al ir a grabar unas psicofonías en el castillo de Olite, atravesar una puerta y acabar en la España de 1937 (que también tuvo mala suerte el pobre con la puerta con la que se topó).

Lógicamente, Lombardi le dedicó un programa a este descubrimiento pero, aunque el programa fue un éxito, fue cancelado ya que el Ministerio modificó sus audiencias robando audímetros y cambiando su audiencia por la de la dos (según Irene, nunca una película de Garci tuvo tanto éxito).

La cancelación del programa supuso un duro golpe para Lombardi, que después de esto se tiró los siguientes ocho años en tratamiento psiquiátrico porque, después de todo, ¿quién podía creer en la existencia de puertas para viajar por el tiempo?.

Lo más curioso es que era el propio Ministerio el que financiaba el programa de Lombardi (sin que éste lo supiera) para que las frikadas que soltaba taparan noticias acerca del Ministerio.

El caso es que, ocho años después, Lombardi ha descubierto internet y ha colgado un video en youtube, que rápidamente se hace viral, hablando sobre el Ministerio y su localización en la plaza Duque de Alba de Madrid.

Esto pone muy nervioso a presidencia del gobierno y cuando el vídeo casi alcanza los dos millones de visitas Salvador habla con el presidente para asegurarle que tiene un plan para controlar a Lombardi. Pero la cosa es lo suficientemente seria porque las instrucciones de presidencia son eliminar a Lombardi en caso de que no haya más remedio.

Volviendo al plan, la verdad es que lo que se le ocurre a Salvador para solucionar el asunto Lombardi es un tanto de aquella manera y se ve que va a salir mal desde lejos.

Salvador invita a Lombardi a un tour guiado por el Ministerio para demostrar que son sólo una simple subsecretaría que depende del Ministerio de Obras Públicas.

Para que todo resulte creible, Salvador ordena un cambio de "decorado" del ministerio que incluye que todos los funcionarios lleven ropa hortera (atención a la peluca que le plantan a Irene o los pantalones que lleva Julián), jueguen al solitario y/o al buscaminas en el ordenador y pierdan mucho el tiempo tomando café.

Pero Lombardi, que llega acompañado de su hija Sonia (Anna Castillo) para que grabe todo, se adelanta a su cita en hora y media y les pilla a todos con el paso un poco cambiado.

Sin embargo, la cosa podría haber más o menos colado, a pesar de la incredulidad de Lombardi, si Salvador no hubiera cometido un error de principiante, al no contestar de forma super sospechosa a un mensaje que le envían a su móvil cuando ya se está despidiendo de Lombardi y de su hija en su despacho.

Lombardi le dice que conteste al mensaje, a lo que Salvador le responde que ya lo hará cuando ellos se vayan. Esto resulta todavía más sospechoso (admitamos que Salvador ahí no ha estado nada fino) y hace que Lombardi saque una pistola que robó durante su visita accidental a 1937 y amenace a Salvador para que le de el móvil a su hija para que lea el mensaje o le matará a él, a su hija y luego se suicidará.

Como Salvador no quiere que haya muertes innecesarias (y Lombardi está poniendo una cara de loco bastante curiosa), le deja a Sonia que lea los mensajes en alto.. y ahí básicamente le preguntan si pueden eliminar ya el camuflaje. Vale, les han pillado.

Lo siguiente que vemos es a Lombardi, Salvador y Sonia bajando por las escaleras del pozo con Lombardi apuntando a Salvador para encontrarse a Ernesto, Amelia y resto de agentes apuntándoles con pistolas. Vamos, que si Lombardi no se había dado cuenta ya de que estaban mintiendo. se habría dado cuenta aquí.

Lombardi amenaza con matar a Salvador a menos que les dejen pasar por lo que Ernesto, a pesar de que Salvador le pide que no de la orden de bajar las armas, hace lo que Lombardi le dice porque no es plan de que maten al jefazo.

Salvador, Lombardi y Sonia se dirigen hacia los pasillos de las puertas y allí, Salvador demuestra lo pro que es y lo que está dispuesto a hacer para salvaguardar la existencia del ministerio, quitándole la pistola a Lombardi y disparándole al pecho (vale, reconozco que esto de Salvador no me lo esperaba).

El problema: Lombardi no había puesto balas de verdad en la pistola sino que eran de fogueo por lo que, una vez que se recupera de la impresión de haber sido disparado por Salvador, coge la pistola, le pega un buen golpe con la culata en la cabeza a Salvador y sale huyendo con Sonia por los pasillos.

En estos momentos Lombardi se ha venido muy, muy arriba ya que según él ha demostrado que él tenía razón. Sin embargo, Sonia no está tan convencida ya que ni siquiera cuando entran por una puerta random, acaban en Astorga en el año 400 y son atacados con una lanza por un lugareño se cree que hayan viajado en el tiempo.

Esto desespera un tanto a Lombardi y le baja momentáneamente del subidón en el que anda, aunque finalmente Sonia terminará aceptando que su padre tiene razón cuando, al atravesar otra puerta, acaban en La Rábida justo antes de que Colón fuera a hablar con los Reyes Católicos para pedirles que financiaran su viaje, conocen al susodicho y Sonia queda totalmente "enamorada" de él (y no es para menos porque Colón es un amor. Queremos ver más a Colón en la serie).

Lombardi y Colón se harán amiguísimos de la muerte y Lombardi no parará de darle consejos acerca de cómo tiene que afrontar su entrevista con los Reyes mientras se pide un gin tonic.

En paralelo, la patrulla encuentra a Salvador, que se niega a ir a un hospital a que le revisen el porrazo en la cabeza hasta que encuentren a Lombardi y a Sonia (que por cierto sigue llevando su cámara y grabándolo todo).

Pero claro, no saben qué puerta han cruzado por lo que a Salvador no le quedará más remedio que mandar agentes por todas las puertas hasta que den con ellos.

Sin embargo, esto terminará siendo más sencillo de lo que parece ya que, mientras Amelia, Alonso y  Julián cruzan una puerta que les lleva a la Sevilla de 1992, más concretamente a la Expo, además de toparse con un Curro bastante cutre verán a un trilero intentando estafar a unos extranjeros con el juego de la chinita y los cubiletes. Cuando el pobre extranjero le entrega al trilero el dinero por perder, Julián alucina en pepinillos al ver que en un billete de las antiguas pesetas, aparece la cara de Lombardi y no la de Colón pero más alucinará cuando descubra que todo el mundo le mira raro por no saber quién es porque a Lombardi le conoce todo el mundo que para eso descubrió América.

Venga va, ya sabemos donde ha ido a parar Lombardi y que ha cambiado la historia de forma brutal. Ahora, la cosa es como arreglarlo.

Pero la misión se presenta peliaguda porque al volver al Ministerio, Salvador y compañía también están convencidos de que Lombardi descubrió América (muy fan de la frase de Salvador de ¿Entonces Colón fue el que Lombardizó América? En serio, son geniales).

Es por esto que la patrulla deberá convencerles de que eso no es así, que Lombardi ha cambiado la historia y que ellos deben devolverla a cómo estaba. Además, la Ameliapedia llegará a la conclusión de que a ellos no les afectó el cambio porque estaban de misión cuando se produjo.

La patrulla deberá viajar a La Rábida, al mismo momento al que viajó Lombardi para evitar que cambie la historia y de paso devolverle a rastras al presente.

Y es a partir de aquí cuando el episodio se viene arriba y empiezan a pasar cosas geniales.

Antes de esto hemos visto al adorable Alonso estar más perdido que un burro en un garaje en su relación con Elena, sobre todo cuando ésta menciona la palabra follamigos para ponerle una etiqueta a su relación (algo que hace que Julián casi se atragante de la risa cuando Alonso se lo cuenta bastante confuso porque no sabe de qué narices está hablando).

Como Elena ve que Alonso quiere ser más que un follamigo, saca un folleto de un restaurante indio (con plano incluido) y le propone que si quiere que sean más, pueden empezar por ir allí, algo que, lógicamente, Alonso acepta (y no es para menos ya que es de lo poco que el pobre entiende de todo el asunto).

Volviendo a la super misión de devolver a Lombardi y a su hija al presente, vemos como Lombardi se ha venido totalmente arriba y ha decidido quedarse en el pasado y acompañar a Colón en su viaje a América (está claro que a Lombardi le mola la idea de que un argentino descubra Argentina).

Esto no le hace ninguna gracia a Sonia, que no quiere ni perder a su padre ni quedarse allí, aunque termina decidiéndose por regresar a su época aunque eso suponga dejar a su padre en el pasado.

Sin embargo, antes de que Sonia pueda cruzar de nuevo la puerta, unos mercenarios portugueses (de los que en una escena previa les había hablado Colón a Lombardi y a su hija para comentarles que estaban detrás de él porque conocían sus planes de viajar a las Indias), la secuestran

En paralelo, la patrulla localiza y reduce a Lombardi, pero cuando se le van a llevar a su época, se enteran de que a Sonia la tienen los portugueses y Lombardi les suplica (a cambio de volver al presente, no publicar nada y darles todo el material grabado) que le ayuden a salvar a su hija.

Es por esto, que en la escena más molona de toda la noche, la patrulla y los portugueses se citan para hacer un intercambio de prisioneros. La patrulla les dará a Colón y ellos a Sonia.

La escena es totalmente surrealista con Amelia presentándoles como vendedores de toallas y Julián asignándoles nombres de futbolistas.

Finalmente, después de fingir el asesinato de Colón con la pistola de balas de fogueo de Lombardi y de asegurar a los portugueses que no necesitan a Colón porque ellos tienen un mapa que les llevará directamente a las indias (si, el mapa del restaurante indio al que Alonso iba a ir con Elena), la patrulla regresa con Lombardi y Sonia al ministerio.

Una vez de vuelta, Lombardi cumple su promesa y le da a Salvador la tarjeta de memoria donde Sonia lo había grabado todo, a pesar de que esto le produce dolor de corazón.

Sin embargo, Salvador se apiadará de él y le propondrá retomar su antiguo programa, ésta vez conociendo su verdadera finalidad, sacar temas bizarros a la luz para ocultar la existencia del Ministerio.

Lombardi, convencido por Sonia aceptará la propuesta de Salvador y vemos cómo comienzan de nuevo las emisiones de "Tiempo de lo oculto", más frikis y desfasadas que nunca, con el misterio de los clones de Ana Blanco (muy fan de esto).

Finalizada la misión, Alonso va a cenar con Elena, donde le dice claramente que quiere que ellos estén juntos y no vean a otras personas, aunque para esto no necesita ponerles una etiqueta (algo que parece molestar mucho a Elena). Una pareja en esta serie que se comunica. Casi lloro de la emoción.

En otro orden de cosas, cuando Alonso se va a su cita con Elena, Julián vuelve a intentar un acercamiento con Amelia, para que ésta le haga la cobra número mil millones, volviendo a dejar al pobre Julián con un palmo de narices, otra vez (en serio, me está empezando a dar pena y todo).

De vuelta en su época tras huir de Julián, a Amelia le volverá a dar otro soponcio al descubrir que, en la foto que tenía de ella y de Julián con su hija, el bebé ha desaparecido.

El episodio me ha hecho mucha gracia, las cosas como son. Vale que la primera media hora (quitando todo lo relacionado con Alonso porque Alonso es lo más grande y siempre mola) ha resultado pelín lenta y aburrida y uno no tenía muy claro a dónde querían ir a parar con todo el asunto, pero desde el momento en que Lombardi y Sonia han aparecido en La Rábida, la cosa ha mejorado mucho, muchísimo (como pasa siempre que se meten en la parte histórica de los episodios que es lo que les suele quedar más logrado).

Todas las referencias y chistes han molado mil, especialmente la parte de los portugueses (esa escena ha sido lo mejor del episodio) donde Amelia, Julián y Alonso se han venido arriba. Lo de que eran comerciantes de toallas ha sido un puntazo.

Como casi siempre los personajes episódicos han sido geniales. Colón no podía ser más amor, Lombardi no podía ser más friki (daba la sensación de ser un híbrido raro entre vendedor de teletienda e Iker Jiménez) y todos éramos la pobre Sonia (menuda paciencia que tenía con el zumbado de su padre).

Visto que ahora Lombardi y Sonia trabajan, en cierta manera, para el Ministerio, podrían traérnoslos de vuelta porque Lombardi era un show y Sonia un encanto. Además, anda que no molaría que Salvador, Alonso, Velázquez y compañía fueran como invitados a su programa.

Roberto Drago y Anna Castillo (a la que adoro desde Promoción Fantasma) han estado estupendos en el episodio.

Por otro lado, me ha gustado mucho la trama de Alonso y Elena. Me han resultado muy monos y todas las situaciones bastante cómicas (menudo drama de Alonso con lo del follamigos). Además, han sido capaces de comunicarse más o menos (y eso para Alonso y sus dificultades lingüisticas ha sido un logro) y tener una relación romántica libre de dramas y de miradas lánguidas en esta serie resulta refrescante.

Se confirma que Julián ha vuelto más o menos libre de traumas y desde los episodios de los últimos de Filipinas estamos viendo su mejor versión (y hay que reconocer que está teniendo bastante gracia con sus chistes y sus intentos de ayuda a Alonso).

Todo lo contrario que le pasa a Amelia, que se ha convertido en el Julián de la primera temporada 2.0 y está cada episodio más intensa, más cargante y sobre todo más borde, porque parece que está esperando a que Julián abra la boca para saltarle a la yugular.  Vale que Julián no es que se haya portado estupendamente con ellos con todo el rollo de Maite y lo de largarse sin avisar pero a Amelia se le están yendo un poco de las manos las borderías. Y ahora con lo de la foto va a estar aún más inaguantable.

Salvador ha tenido muchísimo protagonismo en este episodio (algo que siempre se agradece) y me ha sorprendido un montón que disparara la pistola para matar a Lombardi. Nunca pensé que llegaría a esos extremos para ocultar la existencia del Ministerio.

En fin, veremos qué ocurre en los próximos episodios. A ver si nos explican lo de la foto y si Julián se entera del tema Pacino/Amelia y los cambios en las fotos.

Y esta semana la audiencia ha repuntado un puntito, justo el que ha perdido "La Embajada". Lástima porque ya podrían repartirse la noche entre las series (La Embajada no está mal aunque peque de culebronesca, lenta y me sobre todo lo relacionado con Belén Rueda y el novio de su hija) en lugar de ser líder de audiencia Bertín (aunque por lo menos esta semana entrevistaba a alguien menos casposo que la semana pasada). En fin, veremos si la cosa sube poco a poco.

MEJORES FRASES/MOMENTOS
  • Alonso y su drama con todo lo relacionado con la expresión "follamigos". En serio, es imposible no adorar a este hombre. Es un amor de persona. Eso si, su desconcierto aumenta por momentos, para regocijo de Julián que se lo pasa pipa a su costa .
  • La escena completa del encuentro con los portugueses. Entre Amelia presentándolos como comerciantes de toallas, Julián inventándose nombres utilizando como base nombres de futbolistas (Yo soy Ronaldo, el Cristiano y ella Ronaldinha da Silva Mourinho) y lo del mapa del restaurante indio de Lavapies.
  • Irene y Salvador dudando de la medición de audiencias y explicando cómo se pueden alterar (se ve que Olivares y compañía tienen un trauma con este tema).
  • Que cada vez que sacaban el tema de la procedencia de Colón, se cambiaba de tema (muy sutiles ahí, si señor..)
  • El programa de Lombardi, a medio camino entre "Cuarto Milenio", un programa de la teletienda y el horóscopo de las tres de la mañana
  • La primicia de los clones de Ana Blanco para presentar todos los telediarios y además llevar 15 años con la misma pinta (en serio, los de televisión española deben de beber el elixir de la eterna juventud o algo porque entre Ana Blanco y Jordi Hurtado la cosa está curiosa).
  • La escena de Velázquez, haciéndose pasar por funcionario que juega al buscaminas o al solitario (o a algo parecido porque Velázquez no termina de aclararse con los conceptos), con Lombardi descubriendo sus dibujos y Salvador casi amputándole un hombro para evitar que saltara después del comentario de Sonia acerca de que eso sólo eran garabatos. ¡Quiero misión de Salvador y Velázquez juntos! Qué narices, quiero que Velázquez salga mucho más que no se puede molar más
  • La ropa hortera y anticuada con la que se disfrazan los funcionarios, restos de la liquidación de Sepu. Con lo cool que son Ernesto e Irene lo han tenido que pasar fatal viéndose con semejantes pintas.
  • Amelia descubriendo que la foto ha cambiado y ya no tiene un hijo. Amelia dramando en 3, 2, 1..
  • Alonso guardando los documentos en su sitio más preciado.. Y Julián no queriendo ni tocarlos. Esto confirma que, pese a que está progresando adecuadamente, los niveles de limpieza de Alonso siguen sin ser los mejores. 
  • Todas las conversaciones de Lombardi con Colón, en especial la que termina con él pidiendo un Gin-Tonic.
LO MEJOR: La segunda parte del episodio, a partir del momento que Lombardi y su hija empiezan a interaccionar con Cristóbal Colón, las mil millones de referencias que ha habido (en este episodio se han quedado a gusto)

LO PEOR: Que la primera media hora ha sido lenta, desconcertante y un pelín aburrida

PUNTUACIÓN: 9/10

2 comentarios:

  1. Hola, puck

    Me ha gustado mucho el capítulo, incluso la primera parte que no se me ha hecho lenta, si bien luego se ha animado muchísimo: qué puntazo lo de los billetes con la cara de Lombardi, pues sí que había cambiado la historia!!!! Gran momento cuando la patrulla regresa y Salvador y el resto piensan que Lombardi descubrió América y que no han recibido ninguna alarma. Me gustó lo de "Nosotros somos la alarma".

    Velázquez es un amor, brilla con luz propia en todas las escenas, es que lo borda, qué cara de desconcierto cuando le preguntan que hace y su reacción con los "garabatos". Qué gran escena, quiero más protagonismo suyo!!!

    Alonso también ha estado genial, es un amor, estoy plemamente de acuerdo contigo en todo lo relacionado con él. Es mi ojito derecho en la serie.

    Esperando ver el siguiente capítulo!!!

    Gracias por tu resumen-crítica, me ha encantado y me ha hehco revivir las mejores escenas del capítulo. Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Silvia!

      Aunque la primera parte se me hizo algo lenta, reconozco que tuvo algunos puntazos buenísimos.

      Velázquez es lo más. Totalmente de acuerdo contigo, ¡¡deberían sacarle más!!. Julián Villagrán está estupendo.

      Es que Alonso es super mono. Yo sería feliz si alguna vez le dedicaran un capítulo íntegramente a él. Seguro que sería de los más entretenidos de la serie.

      Como siempre, muchas gracias a ti por leerme. Siempre un placer leer tus opiniones acerca del capítulo.

      Saludos!!

      Eliminar