jueves, 19 de febrero de 2015

LAS OVEJAS NO PIERDEN EL TREN



Comedia española, muy coral dirigida por Alvaro Fernández Armero ("Nada en la nevera", "Todo es mentira") y protagonizada por Raúl Arévalo ("La Isla Mínima", "Primos"), Inma Cuesta ("3 Bodas de más", "La voz dormida"), Alberto San Juan ("El otro lado de la cama", "Dias de fútbol"), Candela Peña ("Días Contados", "Princesas"), Kiti Mánver, Irene Escolar, Jorge Bosh y participaciones más pequeñas de Pilar Castro, Miguel Rellán y Petra Martínez.

La película, utilizando como eje central a la pareja formada por Alberto (Arévalo) y Luisa (Cuesta), nos va contando las distintas situaciones vitales en las que se encuentran un grupo de personas de un mismo círculo familiar.

Alberto es periodista en paro y escritor de un único best-seller que se muda a un pueblo de la sierra de Segovia con su mujer Luisa y su hijo pequeño para intentar recuperar la inspiración perdida y escribir un nuevo libro. Luisa, por su parte tiene un taller de moda (que hace que tenga que bajar a Madrid todos los días) que no va demasiado bien y está obsesionada con tener un segundo hijo. Todo esto hace que la relación entre ambos no esté pasando el mejor momento y te llegues a plantear si siquiera se caen bien.

Por otro lado Juan (Alberto San Juan), el hermano mayor de Alberto, recien divorciado, está en plena crísis de los cuarenta e inmerso en una relación con Natalia (Irene Escolar) una chica de veinticinco años, que oculta a su ex-mujer y sus hijas.

Ambos hermanos deberán además hacer frente a la delicada situación de su padre enfermo de alzeheimer (Miguel Rellán) al que cuida su madre (Petra Martinez).

Mientras tanto, la familia de Luisa también tiene sus propios problemas. Sara (Candela Peña), su hermana mayor, está obsesionada con encontrar un hombre con el que casarse y formar una familia. Sin embargo, las cosas no parecen irle demasiado bien, por lo menos hasta que Alberto y Juan le presentan a su amigo Paco (Jorge Bosh) en el que Sara cree encontrar al hombre de su vida. Además, la madre de ambas (Kiti Manver) se acaba de separar de su pareja y decide alquilar un piso en el edificio donde Luisa tiene su taller.

Las ovejas no pierden el tren es una película muy entretenida y recomendable pero, aunque tiene sus momentos de humor (la inmersión campestre de Raúl Arévalo y su relación con su vecino, las ovejas o el manejo del tractor,  los momentos "excesivos" de Candela Peña, por ejemplo), no es una comedia pura al estilo Ocho Apellidos Vascos, sino que te hace reflexionar y plantea una serie de cuestiones bastante interesantes y que cualquier persona se ha planteado alguna vez. ¿Es necesario cumplir con lo que la sociedad quiere de ti, por ejemplo en el caso de las mujeres encontrar un marido y tener hijos antes de que "se te pase el arroz"? ¿Tiene uno que conformarse con lo que se tiene seguro o se puede arriesgar a intentar cumplir sus sueños? ¿Hay que coger el primer tren que pasa o se pueden dejar pasar para esperar una oportunidad mejor?

Aunque hay algunos momentos de guión un tanto cogidos por los pelos, la película no lo resiente demasiado y se deja ver muy bien, sobre todo porque todos los actores (que ya de por si son muy buenos) están bastante inspirados y todos tienen mucho encanto.

Personalmente los que más me gustaron fueron Candela Peña (maravillosamente exagerada y que tiene el mejor personaje de la película. Te hace reir y al mismo tiempo te provoca muchísima ternura), Alberto San Juan (que para mí tenía la historia más interesante, la que más te hacía pensar y al que hacía tiempo que no veía en cine) y Raúl Arévalo (que aunque aquí está en un registro más contenido que, por ejemplo en "Primos" o en "Con el culo al aire",  sigue resultando graciosísimo en comedia, aunque la verdad es que con él, por lo menos en el cine en la que yo vi la película, la gente estaba bastante entregada a la causa, era abrir la boca y la gente partirse de risa).

También tengo que reconocer que mi opinión sobre Inma Cuesta mejora en cada película que veo de ella (sobre todo con respecto a su vis cómica) y es cierto que aquí tiene el personaje menos agradecido ya que es el "más normal" de todo el grupo (a pesar de tener su vena histérica también) y lo saca adelante muy bien.

En resumen, película bastante divertida, aunque con toques serios, con unas muy buenas interpretaciones y con la que se pasa un rato muy agradable en la alrededor de hora y cuarenta minutos que dura.

Cada vez me reafirmo más en mi creencia de que para la comedia (tanto pura como agridulce) los españoles somos unos cracks y no tenemos nada que envidiarles a los americanos.

LO MEJOR: Los actores (en especial Candela Peña, Raúl Arévalo y Alberto San Juan), la historia de Alberto San Juan y su crisis de los 40, las pequeñas intervenciones de Pilar Castro, Miguel Rellán o Petra Martinez

LO PEOR: Algunas situaciones no se terminan de resolver bien, que resulte un tanto olvidable

PUNTUACIÓN: 7.5/10

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