(contiene spoilers)
Buen episodio de Elementary esta semana, en el que no ha aparecido Watson y sinceramente, con la actitud que está mostrando esta temporada, tampoco la he echado de menos.
En otro orden de cosas, Kitty me gusta cada vez más, por fin le han dado una historia interesante al capitán Gregson y hasta Bell ha tenido más protagonismo. Parece que van a tener que mandar a Joan a Dinamarca más a menudo si con eso le dan cosas más interesantes para hacer al resto de personajes.
El caso de la semana se centra en el asesinato del dueño de una tienda, un hombre aparentemente sin secretos hasta que se descubre que se dedicaba a traficar ilegalmente con diamantes.
La víctima había aparecido sin una de sus manos (que de hecho es la primera parte de su cuerpo que encuentra la policía). Alguien le había matado para robarle un maletín que llevaba esposado a su mano (de ahí que para poder robarlo tuvieran que amputarle la mano).
El asesino resulta ser un matón de gimnasio que necesitaba el dinero, pero lo verdaderamente importante es capturar a la persona que había ordenado el asesinato ya que el matón les dice que le había ordenado matar a otras tres personas (cuya relación en principio desconoce la policía y de las que solo identifica al ayudante del fallecido).
Sherlock y Kitty van a hablar con el ayudante de la víctima y éste les dice que hacía unos días, su jefe había tenido una discusión con otro hombre, en presencia suya y de otras dos personas. Curiosamente las tres personas presentes durante la discusión son los nombres que aparecen en la lista que el matón había proporcionado a la policía.
Esto hace que las sospechas recaigan sobre la persona con la que la víctima estaba discutiendo y que resulta estar también involucrado en el negocio de tráfico ilegal de diamantes.
Bell está convencido de que es el hombre que encargó los asesinatos pero Sherlock piensa que es inocente y que el verdadero responsable le está utilizando para ocultarse.
Finalmente Sherlock tiene razón y éste hombre resulta ser inocente. El verdadero cerebro detrás de toda la trama resulta ser el ayudante de la víctima, cansado de esperar su turno para convertirse en jefe.
Por otro lado, el capitán Gregson está teniendo problemas. Su hija, también policía, le ha contado que su compañero (que también resulta ser su novio) le ha pegado. Esto hace que Gregson se indigne (como es lógico y normal), se presente en la comisaría de su hija y se líe a puñetazos con el agresor de su hija.
A la hija del capitán no le ha hecho ninguna gracia el ataque de furia de su padre. No quiere que sus compañeros se enteren de lo sucedido ya que no quiere que la vean como una víctima. Ella quiere llegar a capitán, como su padre y esto sería imposible si sus compañeros no la ven con la suficiente autoridad.
Kitty, a la que Sherlock ha enseñado a leer los labios, va a hablar con el capitán para decirle que sabe lo que está pasando y más o menos se ofrece a ayudarle.
Finalmente, el castigo decretado para el capitán por la agresión al otro policía es que tiene que ir a la comisaría del otro hombre y disculparse con él delante de todos sus compañeros.
Esto a Gregson no le hace mucha gracia pero no le queda más remedio que hacerlo. Cuando por fin lo hace, el hombre le dice que se va a ir de la policía y a mudar de ciudad y que se lo tiene que decirle a su amiga inglesa. Parece que Kitty le ha dicho algo al otro policía que ha hecho que tome esa decisión.
Cuando el capitán va a hablar con Kitty para preguntarle por el tema, ésta no le dice nada, pero queda claro que de alguna manera ha intervenido en la situación.
En otro orden de cosas, Sherlock se pasa todo el episodio enfadado porque ha descubierto en su ordenador un documento que escribió Joan (pero que terminó borrando) donde había estado documentando todos sus casos.
Esto hace que Sherlock se vuelva un tanto paranoico y le pida a Kitty que firme un acuerdo de confidencialidad. Kitty no entiende muy bien las razones pero le dice a Sherlock que no tiene problemas en firmarlo.
Sin embargo, al final Sherlock entrará en razón y desistirá de hacerle firmar a Kitty el contrato.
El episodio me ha gustado porque la ausencia de Joan ha permitido que el resto de personajes tengan más protagonismo.
Me ha gustado mucho la trama del capitán Gregson (que vuelve a mostrar lo desperdiciado que tienen a Aidan Quinn el 90% del tiempo) y la intervención de Kitty.
De hecho Kitty cada episodio que pasa me gusta más. El personaje aporta algo diferente a la serie y Ophelia Lovibond está estupenda en el papel.
No he echado nada de menos ni a Joan ni a su actitud. De hecho, el episodio es de los que más me han gustado de toda la temporada. La elevación a los altares de Watson esta temporada no me está gustando nada y su actitud para con Sherlock mucho menos. Por mi se podía quedar en Dinamarca, sobre todo teniendo en cuenta que esta temporada Lucy Liu parece aún más hierática que de costumbre.
LO MEJOR: la trama de Gregson y la intervención de Kitty
LO PEOR: El caso de la semana no ha sido demasiado interesante
PUNTUACIÓN: 9/10
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