(contiene spoilers)
Muy buen episodio de Fargo, mi favorito desde el capítulo piloto, en el que por fin nos enteramos qué pasa con la mano de Lester, el jefe de policía escucha a Molly (la agente Solversson) y entra en razón con respecto a la implicación de Lester en los asesinos y Lorne sigue a lo suyo, es decir, siendo siniestro e inquietante a más no poder.
El episodio empieza con un flashback de Lester, que nos explica cómo compró la escopeta con la que Lorne mató al jefe de policía en su casa (hay que ver lo curioso que es ir a por calcetines y volver no sólo con los calcetines sino también con una escopeta) y que, indirectamente, es la responsable de la herida que no para de supurar en su mano.
Al disparar Lorne para matar al jefe de policía, parte de los perdigones de la escopeta fueron a parar a su mano y como no se lo ha tratado, la herida se ha ido infectando cada vez más hasta que le ha dejado al borde de la sépsis.
De esto se está acordando Lester mientras es amenazado en la celda de la comisaría por los dos matones que contrató el amigo de Hess para averiguar quién mató a su amigo, que están intentando que Lester les de el nombre de la persona que asesinó a Hess. Tras oponer mínima resistencia, Lester les da un nombre: Lorne Malvo.
Justo cuando los dos matones están a punto de rematar a Lester aparece un policía diciendo que alguien ha pagado la fianza de los matones. Lester se ha vuelto a escapar por los pelos.
Mientras tanto, Molly consigue convencer al jefe de policía de que Lester está implicado en los asesinatos tras informarle de que desde la casa de Lester se realizó una llamada a un motel poco antes de los asesinatos.
La dueña del motel le ha confirmado a Molly que el huesped que recibió la llamada coincide con la descripción de la persona que están buscando y que es la misma persona con la que Lester habló en urgencias.
Además, la prostituta con la que estaba Hess cuando fue asesinado le ha contado a Molly que Hess estaba presumiendo de que le había roto la nariz a un infeliz al que le hacía la vida imposible en el instituto.
Molly le explica al jefe de policía la secuencia de los hechos. A Lester le rompe la nariz Hess, va al hospital, conoce al sospechoso y esa noche Hess es asesinado. Molly cree que Lester pagó al asesino para que matara a Hess.
Al jefe de policía no le queda más remedio que darle la razón a Molly. Ésta entonces le pide ir a hablar con Lester para interrogarle, pero el jefe de policía le sorprende diciendo que Lester está en los calabozos tras haberse metido en una pelea con uno de sus agentes.
Cuando bajan a hablar con él, se encuentran a Lester en muy mal estado debido a la herida de la mano, pero antes de que avisen al médico y cuando Molly le pregunta si le pagó al asesino para que matara a Hess, éste le dice que no pagó a nadie.
En el hospital, tras curar a Lester, el médico informa a Molly de que Lester es afortunado porque ha estado a punto de perder la mano por la infección. Cuando Molly le pregunta si puede hablar con él, el médico le dice que está inconsciente. A pesar de ello, Molly se pasa por la habitación de Lester, que finge estar dormido, por lo que Molly se va sin poder hablar con él.
Además, ese mismo día se encuentra en el hospital la mujer del jefe de policía, que acaba de dar a luz. Al ir a verla Molly le promete que llegará hasta el final para resolver el asesinato de su marido.
Mientras tanto Stavros informa a Lorne (en realidad al secuestrador) de que va a pagar el rescate.
Al contárselo Lorne a su cómplice (el entrenador personal de la ex mujer de Stavros), éste se emociona mucho. Pero Lorne le termina encerrando en un armario, clavando la puerta desde fuera para evitar que salga. No parece que Lorne tenga mucha intención de dejarle salir (ni de compartir el dinero con él) y como alguien no le descubra, no preveo un buen final para él. Pero podía haber sido peor. Durante toda la escena he estado temiendo que Lorne utilizara la máquina de clavar a modo de pistola contra su cómplice, así que lo de ser encerrado en un armario no está tan mal.
Sin embargo, el pago del secuestro se frustra porque Stavros insiste en que Lorne le acompañe y claro, tras haber encerrado a su cómplice en un armario, no puede ir él a recoger el dinero.
Mientras van en el coche, Lorne ve a Gus (que vuelve a tener una crisis de conciencia sobre qué debe hacer con respecto a Lorne, si seguir persiguiendolo o no) y tras dejar a Stavros, termina siguiéndole y averiguando donde vive (algo que no puede presagiar nada bueno para el pobre Gus).
El episodio me ha gustado mucho, probablemente el que más me ha gustado desde el primer episodio de la serie.
Todas las tramas han avanzado y parece que la historia por fin se mueve hacia adelante.
Nos han explicado el motivo de la herida de Lester (algo que no estaba claro. Simplemente apareció e iba empeorando, pero no nos explicaban el motivo por el que una herida que no debía ser tan grave se convertía en algo tan serio), el jefe de policía por fin ha admitido la implicación de Lester en todo el asunto y la crisis de conciencia de Gus (sobre todo su conversación con su vecino) ha resultado muy interesante.
Lorne sigue siniestro e inquietante. Billy Bob Thornton está haciendo un trabajo estupendo, ya que en todas sus escenas nunca sabes por dónde va a salir el personaje, si va a sacar a relucir su lado más oscuro y va a empezar a matar a gente o su lado más retorcido desde el punto de vista psicológico (como en el caso de las plagas con Stavros).
Martin Freeman como el sobrepasado Lester está también muy bien y en estos últimos episodios me está gustando mucho el trabajo de Colin Hanks como Gus.
LO MEJOR: Avance de la trama en todos sus frentes
LO PEOR: Pocos minutos en pantalla para Martin Freeman
PUNTUACIÓN: 9.5/10
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