sábado, 11 de abril de 2015

BONES 10X13 THE BAKER IN THE BITS



(contiene spoilers)

Buen episodio de Bones esta semana en el que hemos tenido tanto un caso de la semana como una trama personal bastante interesantes.

El caso de la semana se centra en el asesinato de Connor Freeman, un ex-convicto que había salido de prisión y reconducido su vida trabajando en una pastelería cuyo dueño creia en darles segundas oportunidades a los ex-prisidiarios.

Connor había muerto en una explosión tras entrar en un lugar que alertaba de que podían producirse explosiones tratando de huir de alguien que le perseguía. El cuerpo de Connor quedó en tan mal estado que tuvo que ser identificado por el tatuaje que tenía en el brazo.

Booth, Aubrey y el resto del equipo interrogan tanto al dueño de la pastelería donde Connor trabajaba como al resto de sus compañeros, todos ex-presidiarios.

Sus compañeros de trabajo les dicen a Aubrey y a Booth que habían visto merodear por la zona al hermano de la mujer que resultó herida en el robo por el que Connor había sido condenado (aunque el solo conducía el coche y no queda claro siquiera si él sabía que sus compañeros iban a llevar a cabo un robo). Sin embargo, el hombre resulta ser inocente y su única intención al rondar la pasteleria, era descubrir que Connor estaba haciendo algo ilegal para grabarlo y que volviera a la carcel (Connor había salido en libertad bajo fianza).

También resulta sospechosa la novia de Freeman, que no había alertado de su desaparición a pesar de llevar sin saber de él unos cuantos días.

Además, a lo largo de la investigación se descubre que Connor había sido drogado y retenido contra su voluntad en un lugar (de ahí su huída). Al encontrar ese sitio, Booth y Aubrey descubren en él otros tres cuerpos además de trozos de piel con tatuajes. El asesino se dedicaba a arrancarle los tatuajes a sus víctimas.

El análisis de los cuerpos indica que dos de las víctimas eran presidiarios y otro un sacerdote. Los presidiarios están relacionados con uno de los compañeros de trabajo de Connor, que justamente no se ha presentado a trabajar cuando van a buscarle.

El dueño de la pastelería (muy reacio a ayudar al FBI por no perjudicar a sus empleados), termina ayudándoles a encontrar al asesino ya que queda con él para atraerle.

Tras un tiroteo en el que Booth termina disparando al asesino, éste es detenido para consternación del dueño de la pastelería, firme defensor de la bondad de la gente (su padre había estado en prisión y él sabía lo difícil que era eso para las familias por lo que intentaba ayudar a antiguos presos todo lo que podía).

Por otro lado, Arastoo le dice a Cam que a su hermano, que vive todavía en Irán, se le ha diagnosticado un cancer bastante agresivo y tiene intención de volver a Irán para verle.

Cam se enfada bastante porque no lo haya consultado con ella porque Arastoo tiene la nacionalidad americana y puede ser peligroso para él volver a su país. Sin embargo, Arastoo no cambia de opinión. Si su hermano muere, quiere estar con él.

Finalmente, Cam terminará entiendo las razones de Arastoo para arriesgarse a volver a Irán y le apoyará en su decisión.

El episodio me ha gustado mucho. El caso de la semana no ha sido demasiado original, aunque el asesino ha sido menos evidente que en otras ocasiones (estaba convencida de que había sido el dueño de la pastelería. Era demasiado bueno). Pero ha sido muy entretenido y tanto Booth como Brennan y Aubrey han tenido muy buenos momentos.

La trama de Arastoo y Cam también me ha gustado bastante. Ha estado bien desarrollada y se podían entender los puntos de vista de ambos personajes, tanto el de Cam no queriendo que su novio se arriesgara como el de Arastoo necesitando ver a su hermano antes de morir.

LO MEJOR: La trama de Arastoo y Cam

LO PEOR: El caso de semana, sin estar mal, podía haber sido mejor

PUNTUACIÓN: 8/10

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