(contiene spoilers)
Episodio un tanto anodino de Elementary esta semana, en el que seguimos teniendo a Sean Pertwee (Gared Lestrade) como actor invitado.
El caso de la semana se centra en el envío por parte de alguien de un paquete con unas orejas humanas a casa de un hombre del que se sospechó que había matado a su mujer (algo que él siempre había negado).
El ADN de las orejas coincide con el de la mujer supuestamente asesinada y a partir de aquí la cosa se lia de mala manera.
Resulta que la mujer no sólo aparece viva y coleando sino que todo el asunto ha sido ideado por ella y por su nuevo marido, un cirujano plástico, para castigar a su primer marido (alguien con quien no se llevaba bien y de quien tenía miedo) y sacarle una jugosa cantidad por el rescate.
Las orejas enviadas a su primer marido en el paquete fueron hechas crecer en la espalda de la mujer por el cirujano plástico para que tuvieran el mismo ADN de su mujer.
Desde luego, el primer marido no sería el marido ideal, pero lo que le hace su antigua mujer es de las cosas más retorcidas que se han visto en esta serie (primero hacer creer a todo el mundo que la había matado y posteriormente sacarle el dinero).
Mientras tanto, Lestrade sigue en casa de Joan y Sherlock y no parece que se vaya a ir pronto ya que todavía no sabe qué hacer con su vida, ya que se siente muy inseguro ante sus dotes de detective (cree que no es capaz de hacer su trabajo sin Sherlock).
La cosa empeora cuando alguien le roba en la calle tras haber estado bebiendo. Joan, que es muy sensible ante la posibilidad de que entre alcohol en la casa debido a las antiguas adicciones de Sherlock, le pone un ultimátum para que se vaya de la casa.
Pero, al mismo tiempo, Joan intenta que Lestrade recupere la autoestima, poniéndole a investigar el caso de la persona que le robó.
A lo largo del episodio, Lestrade va tirando del hilo y termina atrapando al ladrón. Sin embargo, le echa la culpa a Sherlock de haberlo preparado todo para que le fuera más fácil (algo que terminamos descubriendo que no es cierto).
Pero, todo el asunto de la investigación del robo, ha servido para que Lestrade despierte de su letargo y se anime a aceptar un puesto en la policía irlandesa, en Cork.
A todas estas, los gallos de Sherlock siguen en la casa en modo mascota, para desesperación de Lestrade y de la pobre Joan que va a tener que seguir conviviendo con ellos.
El episodio ha estado bien, pero tampoco ha sido nada del otro mundo.
Me gusta el personaje de Lestrade y Sean Pertwee lo hace bien, pero quizá dos episodios seguidos centrados en él ha sido demasiado. De todas formas, espero verle de nuevo en la serie.
El caso de la semana ha sido un lio, como casi siempre, pero en esta ocasión ha sido muy muy retorcido.
LO MEJOR: Joan intentando ayudar a Lestrade,
LO PEOR: ¿Gallos en una casa?
PUNTUACIÓN: 8/10
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