jueves, 24 de abril de 2014
CASTLE 6X20 THAT '70's SHOW
(contiene spoilers)
El de esta semana ha sido un de mis capítulos favoritos de Castle de esta temporada. Divertido, humano y con un uso estupendo de prácticamente todos los personajes. Especial mención a Ryan y Espósito que lo han bordado.
El episodio empieza con Martha quejándose de que a Castle y Beckett no le gustan ninguna de las ideas que ha propuesto para la boda.
Castle le dice a Beckett que tendrán que encontrar algo que pueda organizar su madre en la boda sin que cause una catástrofe. Lamentablemente, a ninguno de los dos se le ocurre nada.
En ese momento les llaman porque han descubierto un cadáver. Al tirar un edificio para hacer una nueva construcción, han encontrado el cuerpo de una persona que parece que lleva allí desde los años 70.
Al hacerle la autopsia al cuerpo se descubre que se trata de un capo de la mafia que desapareció en 1978 y al que todo el mundo daba por muerto pero cuyo cadáver nunca fue encontrado.
A partir de aquí se desarrolla una investigación sorprendente, bastante divertida y con una resolución bastante sorprendente.
La primera persona sospechosa del asesinato del capo fue su segundo, que además le sucedió al frente de la familia. Este hombre, en la actualidad con negocios "supuestamente" honrados, niega haber matado a su antiguo jefe. Este hombre está casado con la hermana del antiguo jefe de la familia rival a la que pertenecía el fallecido.
La siguiente persona a la que entrevistan es precisamente el antiguo rival de la víctima, que les informa de que hubiera sido absurdo matarle ya que iban a firmar una tregua y a aliarse y que de hecho su muerte le provocó la pérdida de una buena cantidad de dinero. Sin embargo, antes de irse, les dice a Ryan y Espósito que hay cosas que es mejor dejar en el pasado, algo que ambos toman con una amenaza velada.
A continuación van a hablar con el mejor amigo del fallecido, Howard. Cuando llegan a su casa, su asistenta les dice que tengan cuidado con Howard, ya desde la muerte de su amigo ha quedado como suspendido en el tiempo y sigue pensando que se encuentra en los años 70.
Por ello, a partir de aquí Castle y Beckett deberán fingir que están en los años 70 si quieren que Howard colabore con ellos ,sobre todo cuando les dice que sabe quién mató a su amigo. El problema es que Howard no les dirá nada hasta que no confirme que efectivamente su amigo está muerto.
Evidentemente no pueden enseñarle el cuerpo si no quieren revelar que ya no están en los setenta, por lo que hacen que Laney haga una figura que simula al fallecido para enseñársela a Howard. Además, la propia Laney deberá vestirse y comportarse como si estuviera en los setenta (algo que Espósito agradece enormemente, bueno más bien, agradece el vestuario que Laney debe ponerse, porque se queda mirándola con la boca abierta).
Estando en la morgue, Howard es tiroteado, por lo que Beckett (que está al mando de la comisaría porque la capitana Gates está en una conferencia) decide ponerle bajo protección policial.
Después del susto, Castle termina convenciendo a Howard de que tiene que contarle todo lo que sabe a la policia, ya que la gente que ha intentado matarle, ya lo piensa de todas formas y sería una manera de estar protegido.
Howard termina aceptando pero le dice a Castle que sólo hablará con ellos en la comisaría, rodeados de gente, por si acaso vuelven a intentar atentar contra su vida.
Evidentemente esto supone un problema, porque una cosa es fingir que estás en los años 70 en la morgue, con prácticamente nadie y otra es cambiar completamente el decorado de la comisaria.
Sin embargo, Castle consigue convencer a Beckett y, ayudados por Martha (a la que Castle ha encontrado por fin una forma de hacer feliz), crean una especie de película, fingiendo que están en los setenta con la ropa de la gente y la decoración de la comisaría (Martha incluso contrata actores).
Cuando llega Howard se lo cree completamente y pide hablar con Ryan y Espósito que se han caracterizado como una famosa pareja de policías de su época.
La conversación va bien y Howard está a punto de decirles todo lo que sabe, cuando el teléfono de Espósito suena y Howard pierde el hilo de lo que estaba diciendo. De lo único que se acuerda es que tenía que ver con un club muy famoso en su época.
En ese momento llega la capitana Gates y se queda horrorizada al ver lo que han hecho con su comisaría.
En una nueva vuelta de tuerca, Castle consigue convencer tanto a la capitana como a Beckett de que lleven a Howard al club que ha mencionado (que sigue existiendo y que curiosamente tiene estética de los años setenta).
Sin embargo, mientras Howard, Ryan y Espósito están el club, Castle y Beckett descubren algo relevante. El club pertenecía y sigue perteneciendo al antiguo número dos de la víctima.
Castle consigue hablar con Espósito justo a tiempo para que evite que Howard asesine al propietario del club, al que considera responsable de la muerte de su amigo.
Es entonces cuando Beckett acusa a Howard de mentir, ya que sabía perfectamente que no estaba en los setenta. Howard se defiende diciendo que no ha fingido todo el tiempo y que se dio cuenta de que el tiempo había pasado tras el tiroteo.
Hablando del tiroteo, el equipo logra identificar al responsable (un matón relativamente conocido), pero no consiguen que éste les diga quien les ha contratado.
La resolución del caso resulta bastante sorprendente. Resulta que Castle y Beckett se dan cuenta (y posteriormente es confirmado por Howard), que la víctima y Howard no sólo eran amigos, sino que estaban enamorados.
Sin embargo la víctima (animada por el propio Howard), había decidido casarse con la hermana de su rival para unificar a las dos familias. Pero al final, no había podido llevar a cabo el trato. La mujer, al verse rechazada, le mató y su hermano le ayudó a ocultar el cadáver.
Una vez resuelto el caso, a Castle se le ocurre una nueva idea. Montar una fiesta, con todo el equipo, Martha, Alexis y también Howard, en el club de los años setenta.
El episodio me ha gustado mucho. Es el tipo de episodios de esta serie que hacen que me encante (cuando se ponen demasiado serios pierden bastante su encanto característico).
Ha sido un episodio divertido, humano y la resolución del caso ha sido muy, muy sorprendente.
Castle ha estado estupendo montando toda la farsa (grande como siempre Nathan Fillion, uno de los actores más carismáticos de la televisión americana) con Beckett siguiéndole el rollo a regañadiantes y con Martha totalmente metida en su papel de directora de la obra.
Mención especial a Ryan y Espósito, lo mejor del episodio sin duda. La escena de ellos dos caracterizados de unos policías parecidos a Starsky y Hutch, con Ryan llevando el interrogatorio estupendamente hasta que suena el movil de Espósito ha sido genial.
Me ha gustado muchísimo el personaje de Howard, ha hecho que se le coja cariño en muy muy poco tiempo y ojala le veamos en algún que otro capítulo.
LO MEJOR: la estética y el tono general del episodio
LO PEOR: Si la capitana Gates hubiera aparecido más habría dado muchísimo juego, lástima que haya salido tan poco
PUNTUACIÓN: 9.5/10
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